José Luis Rodríguez Zapatero invocó en su tercer debate sobre el estado de la nación la necesidad de regenerar a fondo la democracia española. Para ello, aportó una batería de reformas que constituirán las líneas de fondo del programa electoral socialista para las elecciones generales del 2004.

A nueve meses de la apertura de las urnas, el líder del PSOE se comprometió a elaborar una nueva ley del suelo que frene la especulación. También anticipó que estudia nuevas fórmulas que limiten la propiedad de los escaños para quienes vulneren el sentido del mandato de los electores. Además, se pronunció en favor de reforzar los mecanismos parlamentarios de investigación y control al Gobierno.

LAICO Y SINCERO

Con el objetivo de dejar bien sentado que los hechos de la Asamblea de Madrid no han situado al secretario general del PSOE contra las cuerdas, Zapatero diseñó el perfil del Ejecutivo que pretende constituir. Un Gobierno "tolerante, laico, decente y sincero", que reducirá las desigualdades.

Y para poner coto a "la especulación que se ha apoderado del país", aseguró que facilitará además la construcción de 250.000 viviendas al año, con precios accesibles para los que tengan menos recursos. En este punto, no olvidó proclamar que el Parlamento español tiene sobrada capacidad legislativa para fijar los precios del suelo.

Aunque los mensajes regeneracionistas del líder del PSOE fueron desdeñados por su adversario, Zapatero incluyó entre los mismos la formalización del Estatuto de Independencia de la presidencia del Congreso de los Diputados.

La elección por el Parlamento del director general de RTVE fue otro de los compromisos que asumió ayer Zapatero, en el marco de las reformas democráticas desgranadas. La modificación legislativa de las televisiones públicas prevista por el PSOE supondría obviamente una puesta en práctica simultánea, al tiempo que Televisión Española.

ATENCIÓN A LOS MAYORES

El dirigente socialista detalló su intención de promover una ley básica de derechos sociales, que garantice la atención a las personas mayores y la escolarización de los menores de tres años. Incluyó entre sus proyectos una nueva norma de Extranjería, promovida desde el consenso, la no utilización de las pensiones como arma política, frente a la estrategia "de meter miedo y crear alarma", y el refuerzo del Pacto de Toledo.