El representante especial del Reino Unido en Irak, Jeremy Greenstock, aseguró ayer que los agentes españoles de los servicios de información del Centro Nacional de Información (CNI) y los diplomáticos japoneses asesinados el pasado fin de semana en Irak, "no siguieron las normas de seguridad más estrictas posibles".

En una entrevista en BBC-

Radio, Greenstock advirtió de que los autores de los últimos ataques mortales contra las fuerzas de la coalición se dirigirán cada vez más contra los "blancos más vulnerables".

En opinión de Greenstock, Irak "no es un país normal" y la tarea que deben realizar las fuerzas de la coalición internacional es de "alto riesgo".

El mismo sábado en que los ocho agentes del CNI fueron tiroteados por la resistencia, también fueron abatidos dos diplomáticos japoneses cerca de Tikrit, al norte de Bagdad, localidad natal de Sadam.

ORGULLO IRAQUÍ "La gente debe ser prudente", prosiguió el representante británico, que destacó que Irak "es un país orgulloso". "Los españoles y los japoneses que murieron la semana pasada no siguieron las normas de protección más estrictas posibles", añadió Greenstock.

Cuatro de los agentes fallecidos en el ataque iban a relevar a los otros cuatro compañeros, que también fueron objeto de la emboscada, en las misiones que realizaban en la capital iraquí.

Fuentes del Ministerio de Defensa indicaron que se está preparando el envío, para las próximas semanas, de nuevos agentes para cubrir estas bajas de los siete militares muertos el pasado sábado.

Los militares españoles destacados en Diwaniya y Nayaf disponen de células de relación con la población civil. Su tarea es recabar información sobre los movimientos rebeldes. En cada unidad están destinados dos miembros del CNI, que deberán pasar por un periodo de adaptación, según las mismas fuentes.