ETA confirmó ayer, en un comunicado que envió a la radio pública Euskadi Irratia, su intención de atentar contra las "fuerzas armadas", entre las que incluye a la Policía Nacional, Guardia Civil, Ejército y Ertzaintza. El anunció coincidió con el ingreso en prisión del jefe de los comandos Ibón Fernández Iradi, Súsper, detenido el pasado viernes en Francia, que preparaba cometer nuevos asesinatos durante el periodo navideño.

El texto de la banda terrorista, que corta toda especulación sobre una posible tregua, advierte de que Euskadi "no tendrá paz" mientras las fuerzas que "infunden terror" (en alusión a los cuerpos de seguridad) permanezcan en territorio vasco. Junto al anuncio de próximos atentados, ETA se dirige "a los ciudadanos vascos que tengan relaciones" con las fuerzas policiales para recomendarles que se alejen de los cuarteles.

Las amenazas de la banda se producen tras el golpe que supone la detención de Súsper, y dos de sus ayudantes. El jefe etarra, estaba huido desde hacía un año, aunque la documentación incautada entonces ha permitido realizar más de 70 detenciones.

En el comunicado, ETA admite la autoría de los atentados del pasado octubre en Irún (Guipúzcoa) contra camiones de la empresa de transportes Olloquiegui, a la que acusa de haber dejado de pagar el chantaje económico. También reivindica el atentado contra el cuartel de la localidad navarra de Aizoain.

La banda expresa su dolor por la muerte en accidente de tráfico de la joven Sara Fernández cuando se dirigía a visitar a un preso etarra, y denuncia la política de dispersión de los reclusos como "un castigo cruel".