Las Fuerzas Armadas protegerán las "instalaciones sensibles" frente al riesgo de ataques terroristas y prestarán especial atención a las fronteras, los puertos, aguas territoriales y espacio aéreo, al cumplirse una semana de la masacre de Madrid. Así lo decidió ayer la Comisión Delegada para Situaciones de Crisis tras un acuerdo con la dirección del PSOE, que apoyó la decisión.

El ministro del Interior en funciones, Ángel Acebes, compareció ayer a mediodía para informar de que se había reforzado el plan antiterrorista que se encontraba en marcha desde antes del 11-M ante "la permanencia del riesgo terrorista". El plan complementario de ayer es similar al adoptado por otros países de la UE. Los ministros de Justicia e Interior de la UE coordinarán hoy en Bruselas las medidas de prevención antiterrorista.

Las medidas tratan de reforzar la seguridad y protección de los lugares de afluencia masiva de personas, como estaciones ferroviarias, aeropuertos, puertos y espectáculos deportivos. También se protegerán los objetivos estratégicos en función del daño que pueden buscar los terroristas, dijo el ministro.

PROTEGER SIN ALARMAR Desde el PSOE, se insistió mucho en que "no hay que alarmar a la población" sino ofrecerle "seguridad y prevención". Un portavoz señaló que en ningún caso se trata de "una alerta máxima". El PSOE pondrá en marcha un plan de seguridad específico.

En términos operativos, las medidas acordadas ayer significan el establecimiento de "controles" para la protección de los usuarios de los transportes públicos, las infraestructuras, telecomunicaciones y energía. También se acometerán medidas de "reacción" complementadas con un plan de información.

El plan de prevención de los ataques terroristas implica en primer lugar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, es decir, Cuerpo Nacional de la Policía y Guardia Civil, pero también se cuenta con las policías autonómicas catalana y vasca, e incluso con los agentes locales. El operativo será coordinado por la Secretaría de Estado de Seguridad.

Sin embargo, ni los responsables de los Mossos d´Esquadra ni de la Ertzaintza habían recibido anoche instrucciones concretas sobre cuál ha de ser la participación de sus agentes en el nuevo plan antiterrorista. El malestar en las cúpulas policiales autonómicas es patente.

Diferentes fuentes consultadas evidenciaron ayer el "menosprecio" que están padeciendo por parte de los responsables de la investigación en Madrid.

A pesar de que no existe diálogo con los responsables de la investigación en Madrid, el mismo jueves, apenas dos horas después del atentado, los responsables de la policía autonómica catalana ordenaron extremar las medidas de vigilancia alrededor de la comunidad árabe residente en Cataluña, ante posibles reacciones xenófobas. La orden se cursó a pesar de que entonces el Gobierno insistía en la autoría de ETA.

El ministro en funciones dijo que "ante la mayor amenaza a la democracia, la convivencia y la libertad que existe en este momento debemos adoptar nuevas medidas de prevención, investigación e información". Estas palabras de Acebes no hicieron más que poner en evidencia la realidad que demostró la masacre del 11-M. La Comisaría General de Información apenas dispone de agentes especializados en el terrorismo islámico, ya que la prioridad siempre ha sido la lucha contra ETA. Un alto cargo de este departamento expresó ayer su "gran preocupación" por esta carencia. "La gente está reciclándose por minutos. Sabemos mucho de ETA pero muy poco de terroristas árabes", indicó la misma fuente consultada.

ACCIONES CRUELES A pesar de que Acebes indicara ayer la necesidad de protegerse ante nuevos atentados, el propio Gobierno ya advirtió a Europol del riesgo de ataques islámicos a España por su apoyo a la guerra contra Irak. El informe dice textualmente que "probablemente, los atentados serían espectaculares, ciegos, acciones crueles, e indistintos, con la intención de causar el número más alto posible de víctimas". Y así fue.

Europol recoge estos temores en su informe anual del 2003. El informe destaca que, dado que la mayoría de países occidentales han reforzado sus medidas de seguridad para proteger potenciales objetivos particulares, los terroristas podrían volver a atacar objetivos "suaves", así como el uso de métodos convencionales para reducir al mínimo complicaciones prácticas en el momento de cometer el ataque.

El documento advierte de que la detención en España de dos marroquís implicados en el ataque suicida de Casablanca revela la presencia creciente de elementos radicales musulmanes en mezquitas y centros de Corán, que usan sedes clandestinos para desarrollar tareas principalmente logísticas y financieras relacionadas con el islamismo radical de la Yihad.