La propuesta de José Luis Rodríguez Zapatero de instituir una conferencia de presidentes autonómicos acabará con la práctica de las relaciones bilaterales entre el Gobierno y cada una de las comunidades que tanto han defendido los nacionalistas vascos y catalanes.

Esa iniciativa, acogida favorablemente por la mayor parte de los presidentes autonómicos, tanto socialistas como conservadores, desde Vicente Álvarez Areces (Asturias) hasta Manuel Fraga (Galicia), se inscribe en la interpretación federal del Estado de las autonomías.

Esta conferencia, que debería servir para canalizar el diálogo institucional entre el jefe del Ejecutivo central y los presidentes autonómicos y entre éstos entre sí, se constituirá en el seno del Senado una vez reformado y reconvertido en una verdadera Cámara de representación territorial. La conferencia, según el proyecto del PSOE, se reunirá una vez al año y abordará los problemas más importantes del país desde el punto de vista de las comunidades autónomas.

Aunque el actual reglamento del Senado establece un debate anual sobre el Estado de las autonomías, en el que se prevé la participación de los presidentes autonómicos, el Gobierno del PP no lo había convocado desde marzo de 1997 pese a las protestas de la oposición.