El colombiano Jairo Calderón y su familia fueron ayer los primeros inmigrantes irregulares víctimas del 11-M en recibir la tarjeta de residencia. Jairo llevaba dos años y medio en España en situación irregular y la mañana de los atentados viajaba en el tren que explotó junto a la estación de El Pozo.

Con un brazo escayolado y muy afectado psicológicamente, el joven colombiano acudió a recoger las tarjetas, junto a su mujer, Ligia Rojas, y su hijo Alejandro, de 9 años, también beneficiados por la medida de gracia del Gobierno.

Los siguientes en la lista fueron también dos colombianos que residen en Alcalá de Henares, Óscar Ramírez y Solangie Moreno. Él se montó como Jairo en el tren que explotó en El Pozo. No sufrió heridas, pero desde aquel día le cuesta conciliar el sueño. La pareja llevaba 8 meses en España trabajando esporádicamente.