El titular de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, expuso ayer en el Senado el modelo de Estado del Ejecutivo socialista. El ministro excluyó la profunda reforma de la Constitución que reclaman algunas autonomías. "No vamos a abrir un periodo constituyente ni reconstituyente", zanjó Sevilla.

Seis horas duró la comparecencia de Sevilla en la comisión de autonomías del Senado. El ministro fijó las líneas de la "nueva agenda territorial" con la que el Gobierno busca pasar "de la confrontación a la cooperación" con las autonomías. No dio detalles salvo para fijar los límites de las reformas estatutarias y constitucionales que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero está dispuesto a acometer.

"El Gobierno entiende que el Estado de las autonomías no está agotado. Ni hay por qué desbordarlo". Desde esta premisa, el ministro ratificó que recibirán luz verde todas las reformas estatutarias que conciten "un amplio acuerdo social y político" y "respeten la Constitución". También reclamó que, pese a "atender a las peculiaridades" de cada territorio, los nuevos estatutos "respeten la solidaridad y la cohesión territorial", pues el modelo "debe ser coherente".

La revisión de la Carta Magna que plantea el Gobierno, advirtió el ministro, "no afectará al marco competencial", de igual modo que los nuevos estatutos "no supondrán cambios en la Constitución". "No se trata de reescribir la Constitución, ni de volver a lo que pudo haber sido y no fue", ironizó Sevilla.

El ministro anunció que discutirá el traspaso de algunos "flecos" competenciales y "retoques" de la financiación, y reunirá en noviembre a los presidentes autonómicos. Más información sobre la reforma del Estatut de la Comunidad Valenciana en la página 14.

Josep Piqué, portavoz del PP en la comisión autonómica del Senado, tendió la mano al Gobierno para "sacarle del embrollo territorial en que se ha metido con sus posicionamientos frívolos". Piqué exigió al PSOE que exponga con "concreción" el límite de las reformas.