La policía detuvo ayer en Valencia al imán argelino Abdelkrim Beghdali y al ciudadano de origen sirio Saswan Sabagh por su presunta vinculación con la célula que cometió los atentados del 11-M, en los que murieron 192 personas. Los dos detenidos ayer ya habían sido arrestados con anterioridad. El argelino fue detenido en 1997, cuando se le relacionó con el Grupo Islámico Armado (GIA) y volvió a ser arrestado junto con el sirio Sabagh 11 días después de los atentados. Tras ser interrogados ante el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, que dirige la investigación, quedaron en libertad por falta de pruebas.

Sin embargo, las huellas del imán argelino han aparecido ahora en varios restos de enseres --entre ellos, un ejemplar del Corán-- del piso de Leganés (Madrid) donde se inmolaron siete supuestos autores de la masacre. Y del segundo han aparecido datos telefónicos en un papel encontrado en el turismo Skoda que utilizaron los terroristas.

El imán argelino Beghdali, de 41 años, afincado en Valencia desde 1998, casado y padre de dos hijos, fue arrestado en la localidad de Tavernes de la Valldigna, donde residía. Se dedicaba a enseñar el libro sagrado de los musulmanes en la mezquita de Torrent y con anterioridad había dirigido la oración en la del barrio valenciano de Ruzafa, vivía de negocios relacionados con la construcción y regentaba un locutorio y una pollería.

HUELLAS EN UN CORÁN La policía considera que estuvo relacionado con uno o varios autores de la masacre del 11-M que se refugiaron en el piso de Leganés y se inmolaron el 3 de abril. El hecho de que sus huellas aparecieran en los restos de un ejemplar del Corán lleva a sospechar que podría ser un instigador de la yihad o guerra santa. Pero también permite albergar la esperanza de que ahora aporte datos sobre alguno de los huidos. En su declaración ante el juez Del Olmo, el 25 de marzo pasado, negó tener relación con los autores de la masacre.

La pista del sirio Sabagh procede del hallazgo de un papel en el automóvil Skoda que utilizaron varios terroristas y que fue localizado el 13 de junio junto a la estación de Alcalá de Henares (Madrid). En dicho papel figuraban dos números de teléfono, uno de un móvil que utilizaba Sabagh y otro de un comercio que regentaba.

POSIBLE CONTACTO La policía sospecha que Sabagh conocía a uno o varios miembros del grupo que se desplazaron hasta la estación de la localidad madrileña para colocar las mochilas bomba en los trenes. En el coche Skoda se han encontrado también huellas genéticas del huido Mohamed Afalah, por lo que los investigadores no descartan que Sabagh pueda aportar algún dato sobre su paradero.

Las fuentes policiales trabajan con indicios de que Afalah huyó a Barcelona la misma tarde del 3 de abril en que se suicidaron sus compañeros en Leganés y que allí habló con su hermano Ibrahim, quien también viajó a la capital catalana en compañía de Mohamed Belhadj, el activista que alquiló el piso de Leganés. A partir de ahí, los investigadores reconocen que perdieron la pista de los huidos.

El ministro del Interior, José Antonio Alonso, explicó ayer que tanto el teléfono móvil de Sabagh como el fijo, correspondiente al local que regentaba, "han sido rastreados por la policía y han dado como resultado un nivel de implicación con el 11-M" que tendrá que determinar el juez cuando el lunes pasen a disposición judicial.