Las vacaciones le han sentado bien. José Luis Rodríguez Zapatero se presentó ayer ante unos centenares de militantes socialistas menorquines con "las pilas cargadas". Anunció que ahora llega un trimestre de "mucho trabajo", en el que sus prioridades serán presentar "unos presupuestos sociales" y llevar al Parlamento "leyes modernas".

Bronceado y muy sonriente, el jefe del Gobierno se acordó de homenajear a los soldados españoles en misiones internacionales y a los atletas que compiten en Atenas; y de advertir a ETA de que su "única salida es el fin de la violencia". Tampoco se olvidó del PP, a pesar de proclamar su "respeto a las críticas".

VIVIENDA Y EDUCACIÓN Tras repasar las "numerosas" medidas que su Gobierno ha puesto en marcha en estos cuatro meses, vino a decir que será en este trimestre cuando se notará que preside un Ejecutivo socialista. "Las dos prioridades de este periodo son unos presupuestos sociales y unas leyes modernas".

Respecto a las cuentas para el 2005, anunció un aumento del 30% en el gasto de vivienda que, con la educación, centrará la inversión del Estado. El objetivo, dijo, es recuperar una "educación pública apoyada, laica y que contribuya a la igualdad"

El otro gran impulso es el que Zapatero denominó como "leyes modernas". En ese bloque incluyó la reforma de la legislación que agilizará el divorcio, la ley integral contra la violencia de género --pidió el máximo apoyo para la "rebelión contra el machismo criminal"--, el matrimonio entre homosexuales y la recuperación del laicismo en la educación. "Se acabó la imposición moral y las actitudes carcas", proclamó.

Las reformas estatutarias y de la Constitución también centrarán el curso político. Zapatero incluyó el "proyecto común" entre los temas de su discurso. Proclamó que quiere lograr "con todos la cohesión territorial". Para ello, pidió el concurso de "todos los presidentes autonómicos", en clara alusión a los del PP, y les prometió que "la única bandera en la que se envolverá el Gobierno es la del diálogo y el respeto a la diversidad".

Como colofón, repitió que quiere que España sea reconocida internacionalmente como una potencia de paz que defiende la legalidad que representa la ONU. En ese punto, recordó a los soldados españoles que desempeñan "misiones de paz" en el extranjero, "y no de guerra, como con el anterior Gobierno".