No es habitual que una operación antiterrorista lleve, como la que el viernes practicó la policía en Lanzarote, el sello de dos jueces distintos. Aún menos si los magistrados son Baltasar Garzón y Juan del Olmo, cuya relación ha estado siempre caracterizada por los recelos y las suspicacias.

De ahí que no pueda atribuirse a una operación conjunta de dos jueces. La policía pensó en pedir la autorización para practicar las detenciones a Garzón, pero Del Olmo había dictado una orden de detención contra Hassan el Haski. Por eso la policía, para evitar conflictos, informó a la vez a ambos magistrados.