Uno de los marroquís detenidos el pasado miércoles en Sant Andreu de la Barca (Barcelona), Majid Bakali, viajó a su país de origen para, desde allí, gestionar la compra de explosivos. El motivo de su viaje fue que la operación de compra del material procedente de un país del Este se frustró al recibir en España, de manos de un intermediario, una muestra de explosivo en mal estado, según fuentes de la lucha antiterrorista.

Ya en territorio marroquí, Bakali realizó al menos una llamada a un país oriental que estaría, según creen los investigadores, relacionada con la compra de explosivos o con la trama yihadista.

El origen de las detenciones es una información del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sobre la posible venta de explosivos por parte de un traficante. España alertó a Marruecos del viaje de Bakali a ese país.