Lo dijo Julio Anguita hace unos días: "Si Ezker Batua consigue un par de escaños más, soy capaz de tomar un avión, ir a Bilbao y cogerme la segunda borrachera de mi vida". Si el próximo domingo los deseos del exsecretario general del PCE se hacen realidad y cumple su palabra, difícilmente disfrutará de la compañía de Javier Madrazo en su particular celebración. Quienes conocen al candidato y coordinador general de Ezker Batua (EB) aseguran que, "sin ser un muermo, tampoco es la alegría de la huerta". "Lo suyo no son las juergas", aclaran.

El actual consejero de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno vasco, condición que aspira a repetir tras las elecciones si se reproduce la fórmula del tripartito (PNV-EA y EB), es licenciado en filosofía pura, carrera a la que se dedicó tras estudiar ingeniería durante tres cursos y teología otros tres.

"Ser cristiano es una concepción de vida, que debe estar presente en todas las facetas del ser humano: la familia, la amistad, el ocio, la profesión, la política. No concibo otro modo de actuar", asegura Madrazo, para añadir: "Mi referente dentro del cristianismo es Jesús de Nazaret". Afirmaciones de este tipo y sus estudios teológicos han hecho correr el rumor, inexacto, de que llegó a ser sacerdote.

"Vasco y español"

Profesor de filosofía --en excedencia-- en un instituto de Bilbao, casado, padre de un niño y de una niña, seguidor del Athletic y aficionado a la pelota vasca, el candidato de EB es lo que los nacionalistas vascos llamaban años atrás un maketo, palabra para describir a las personas llegadas de otras partes de España. Denominación que la necesidad de utilizar términos políticamente correctos ha desterrado del vocabulario actual de muchos nacionalistas.

Madrazo nació en 1960 en Riaño (Cantabria), aunque siendo niño se trasladó a vivir a Euskadi. Estudia euskera y en los actos electorales suele emplearlo, aunque brevemente: "Sólo hablo alguna cosa en vasco, pero espero poder conversar en esta lengua dentro de dos años", reconoce.

Tanto Madrazo como el resto de diputados de EB han apoyado el plan Ibarretxe en el Parlamento vasco. Pese a ello, y aunque está en el Gobierno con dos partidos soberanistas, el consejero de Vivienda se proclama "federalista y no independentista". ¿Más detalles?: "Me siento vasco y español, y tengo una visión internacionalista de la vida", explica.

"Entré en política porque me duelen las injusticias y porque aspiro a colaborar en una sociedad vasca en la que haya paz e igualdad de oportunidades". Ante una declaración de principios de este tipo no es de extrañar que Madrazo ingresara, en 1986, en la organización vasca del PCE, partido en el que sigue militando, y en lo que entonces era Izquierda Unida-Ezker Batua.

Pero no se conformó con esto. Miembro de los movimientos cristianos de base, fue uno de los creadores de la Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria. En 1992, Madrazo abandonó esta organización para formar la Plataforma Cívica por la Paz Bakea Orain (Paz Ahora), de la que fue portavoz.

Contra Aznar y el Rey

El líder de EB asegura ser "un pacifista convencido". En el 2003, sus convicciones le llevaron a decir de José María Aznar que era "un terrorista", por su apoyo a la invasión de Irak. El Rey tampoco escapó a sus críticas. Según Madrazo, su silencio ante la guerra demostraba "el carácter antidemocrático de la Monarquía".

Sus adversarios cuestionan la sinceridad de Madrazo como político. Le describen como alguien dispuesto a todo para seguir en el Gobierno y no perder las prebendas personales y económicas que conlleva el poder. Él lo niega, rotundo: "Mienten. Vivo en Rekalde, mi barrio de siempre, y con la gente de siempre. Tengo unas convicciones profundas y un entorno familiar y de amistades que me ayuda a tener los pies en el suelo".