José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió ayer a apoyar una reforma del Estatuto vasco, siempre que se haga con respeto a la Constitución y tenga el respaldo de dos tercios del Parlamento vasco. Lo declaró anoche en el mitin central de los socialistas vascos celebrado en Bilbao. Allí, Zapatero añadió que el estatuto contaría con "las más altas cotas de autogobierno" y que se aprobaría en dos años.

En el mitin, celebrado en la antigua Feria de Muestras bilbaína, Zapatero se refirió también a la búsqueda de la paz para Euskadi. "Como presidente del Gobierno me comprometo a poner todo mi esfuerzo, mi capacidad política para lograr la paz", proclamó ante los más de 4.000 asistentes al acto, aunque sin dar detalles sobre el enfoque que piensa dar a sus esfuerzos para lograr este objetivo.

El secretario general del PSOE expresó su convicción de que, un año después del cambio producido en el conjunto de España, el domingo próximo tendrá lugar un proceso similar en el País Vasco. "Lamento que ni el PNV ni el PP se quieran dar por enterados de esto y se mantengan en unas posiciones inflexibles", se lamentó Zapatero.

CAMBIO DE NORMATIVA La propuesta presidencial es idéntica a la que realizó en las últimas elecciones catalanas en relación a la reforma del Estatuto catalán. Con un matiz: en Cataluña, el propio Estatuto establece la exigencia de los dos tercios para sacar adelante la reforma, mientras que la normativa vigente ahora en Euskadi requiere únicamente contar con la mayoría absoluta, tal y como se evidenció el pasado diciembre con la votación del plan Ibarretxe.

La aceptación de la propuesta de Zapatero por parte de los partidos nacionalistas comportaría un cambio de gran calado político. De aplicarse, la consecución del apoyo de los dos tercios de la Cámara obligaría a los grupos a llegar a un acuerdo transversal rompiendo los esquemas frentistas (nacionalistas y constitucionalistas). Hasta ahora, en ninguna legislatura vasca, ni sumando todas las variedades de formaciones nacionalistas, éstas han logrado hacerse con las dos terceras partes de los escaños. Tampoco la suma de escaños del PP y el PSE ha permitido llegar a estos porcentajes en ninguna ocasión.

El secretario general del PSOE expresó su deseo de que, tras las elecciones, Euskadi disponga de un "Gobierno de amplia mayoría", que --dijo--evitaría todo tipo de frentismo, el de los nacionalistas y el de los constitucionalistas o españolistas en el lenguaje de los primeros.

Según los resultados del domingo, estas dos terceras partes necesarias podrían darse con la suma de los escaños del PNV-EA, PSE y Ezker Batua, la versión vasca de IU. Sin embargo, el presidente del Gobierno central, en una entrevista en la cadena SER, aseguró que la reforma del Estatuto vasco "debe hacerse contando también con el PP".

La otra condición puesta por Zapatero para lograr este "acuerdo que permitiría el cambio", es que el futuro lendakari sea el candidato socialista Patxi López. Éste ya formuló la misma exigencia --posiblemente la más difícil de aceptar por parte del PNV-- en el primer mitin de su campaña, en el que dijo también que no haría un Gobierno frentista con el PP ni sería vicelendakari en un Ejecutivo presidido por Juan José Ibarretxe.

La posición que pueda adoptar el PNV, y en especial el lendakari, ante estas propuestas de Zapatero constituyen una de las incógnitas de estas elecciones que difícilmente tendrán respuesta antes del lunes. Pese a ello, los socialistas consideran que en el discurso de Ibarretxe y de los suyos en los últimos días de campaña se está apreciando una cierta aceptación de la búsqueda del diálogo.