Juan José Ibarretxe prometió llamar a las 8 de la mañana de hoy a todos los partidos para negociar su plan. No le quedará más remedio que madrugar, pero para buscar apoyos que le permitan seguir gobernando porque el actual tripartito no podrá reeditarse. El lendakari pedía "un clamor" para obligar a José Luis Rodríguez Zapatero a debatir su plan soberanista, pero las urnas han dado la espalda a su plebiscito. Es más, le obligan a pactos transversales entre nacionalistas y constitucionalistas. Batasuna, a través de las nuevas siglas de EHAK, ha demostrado que su apoyo social es irreductible. El PSE es el otro vencedor. Ha escalado al segundo puesto, rebasando con nitidez al PP.

El fracaso de PNV-EA no se mide sólo por el descenso de cuatro escaños (obtiene 29) como por la expectativa de mayoría absoluta con la que abrió la campaña, tras cuatro años de gobernar a trompicones. La ilegalización de Batasuna dejaba un hueco que PNV-EA esperaba ocupar. Ibarretxe se benefició en el 2001 del voto útil contra el bloque PP-PSE. Movilizó hasta al último nacionalista y acaparó votos de Batasuna en un momento en el que ETA golpeaba fuerte. Ibarretxe recabó 80.000 votos más. Ahora se le han fugado 140.000 (y se queda en 447.000).

CAUSAS DEL DESCALABRO La desmovilización por el fin de la alianza constitucionalista y el apoyo a EHAK favorecido por el silencio de ETA, han contribuido a ese descalabro. Con el 38,6% de votos, la coalición PNV-EA roza su peor porcentaje, el 36,7% en 1998. Ibarretxe no pudo acabar aquel mandato y avanzó elecciones. La lectura de que el resultado es un no al plan Ibarretxe viene de que el lendakari planteó la convocatoria en esos términos. Anunció la fecha electoral tras el rechazo del Congreso al plan.

Los grandes vencedores son los socialistas y EHAK. Este último, el Partido Comunista de las Tierras Vascas, se ha hecho con nueve escaños. Batasuna, que ha pedido el voto para esa fuerza al no poder presentarse a las elecciones, vuelve a colarse así en el Parlamento, con más fuerza que antes. Los dos años sin atentados de ETA le aúpan, como ya ocurrió durante la tregua, en 1998.

La demostración de fidelidad de los votantes de la izquierda aberzale es impresionante. En las municipales, Batasuna, ya ilegal, pidió el voto nulo y obtuvo 100.000. Ahora EHAK, que apareció en escena en plena campaña, ha logrado 150.000. Aralar, escisión de Batasuna que sí condena a ETA, entra en la Cámara con un escaño.

El bloque constitucionalista se ensancha algo, pese a la paradoja de que fue en el 2001 cuando, unido, echó el resto. El talante de Zapatero y el distanciamiento del PP por parte del candidato Patxi López han surtido efecto y el PSE se hace con 18 escaños, cinco más que antes. Rebasa al PP, que baja de 19 a 15. Pese a ese descenso, los populares se dan por satisfechos, ya que los sondeos auguraban incluso 13. El resultado consolida el liderazgo de María San Gil. Javier Madrazo mantiene sus tres escaños, pero IU-EB no es decisivo.