La candidatura de Juan María Atutxa a la presidencia del Parlamento vasco abrió ayer, cinco días después de las elecciones, el primer frente de batalla entre el PNV y el PSE. Éstos asumen que sea un peneuvista quien presida la institución, pero no Atutxa, procesado por desobedecer al Supremo.

El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, defendió la continuidad de Atutxa, mientras que el portavoz socialista, la rechazó por la "falta de imparcialidad" demostrada durante el pasado mandato. Rodolfo Ares avisó además de que el PSE no renuncia, incluso, a propiciar una propuesta alternativa.

El Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK, en sus siglas en euskera) es el que tiene la sartén por el mango. Con sus nueve escaños arbitrará a quién corresponde la presidencia en caso de que el actual tripartito (PNV, EA, IU-EB) cuente con el apoyo de Aralar para sumar los 33 votos que igualarían los de PSE (18) y PP (15).

EL ´PLAN BATASUNA´ Por su parte, EHAK hizo ayer suya la propuesta política que Batasuna presentó en el velódromo donostiarra de Anoeta en noviembre. Dicho plan limita por primera vez el papel de ETA a negociar "la desmilitarización" con el Gobierno y propone una mesa de partidos para "resolver el conflicto político".