Cada día que pasa, la definición de Cataluña como "nación" tiene menos posibilidades de sobrevivir en el futuro Estatuto. A expensas de la negociación en las Cortes, el Gobierno se declara partidario de que la Carta reconozca la "fuerte identidad" de Cataluña, pero recela de que mantenga el término nación, tras constatar que ese reconocimiento "divide profundamente a la sociedad española", según fuentes próximas a José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, lo anunció ayer en la Moncloa de modo tajante: Zapatero "no permitirá" que el Estatuto defina a Cataluña como nación.

Desde que el Parlamento catalán aprobó el texto, el 30 de septiembre, Zapatero ha avanzado que el artículo 1 del texto, el que define a Cataluña como "nación", sufrirá "cambios", pero no ha dicho cuáles. Sí ha apuntado que ese precepto deberá ser "compatible" con el artículo 2 de la Constitución, que "reserva" esa definición para la "nación española".

Aunque el Ejecutivo asegura barajar varias alternativas --desde consagrar la nación catalana "dentro de la española" hasta acotar ese reconocimiento al preámbulo del Estatuto--, el entorno de Zapatero se muestra pesimista sobre la posibilidad de salvar esta denominación en el texto. "Estos días se ha confirmado que el término nación quebranta a la sociedad española, y nada que divida a los españoles puede figurar en el Estatut", anuncian fuentes oficiales.

ANUNCIO POR FORMALIZAR Otra cosa es que Zapatero esté dispuesto a anunciar la supresión del simbólico vocablo justo ahora, cuando queda mucho tiempo para negociar las enmiendas al Estatuto y aún no hay acuerdo con las fuerzas catalanas.

Menos reparos tuvo ayer Rodríguez Ibarra, quien declaró tras reunirse con Zapatero: "Sé que el presidente no permitirá que el Estatuto de Cataluña incluya un término que desvirtúe el artículo 2 de la Constitución y que cuestione lo que los españoles entendemos que es la nación. Por tanto, estoy absolutamente seguro de que Cataluña no será denominada nación".

ACTITUD "DESLEAL" No contento con ello, Ibarra tachó de "desleal" la actitud de Pasqual Maragall, a quien acusó de "coger la mano y el brazo" de Zapatero al aprovechar su compromiso en favor del Estatuto para aprobar un texto cuya propuesta de financiación juzgó "éticamente reprobable". El presidente del Gobierno, según fuentes de la Moncloa, pidió a Ibarra, y por extensión al resto de políticos y agentes sociales, "sosiego, diálogo constructivo y respeto al procedimiento".

José Bono, por su parte, aseguró ayer que tiene una "confianza extraordinaria" en que Zapatero sabrá afrontar este envite. Según el titular de Defensa, el presidente logrará que el Congreso apruebe un Estatuto acorde a la Constitución y que "no se humille al pueblo catalán".