Un pasaje al final del discurso de Pasqual Maragall a punto estuvo de abrir otro conflicto con ERC. Maragall dijo que la euforia del día que se aprobó el proyecto de Estatuto quedó excesivamente reflejada por los medios de comunicación en dos personas (el mismo Maragall y Artur Mas, que protagonizaron a sabiendas una photo opportunity que reflejara que se había sellado un acuerdo). "Tengo la impresión", continuó el presidente catalán, "de que una parte de la situación que hemos vivido estos días de una cierta inquietud, de una cierta confusión, es debida al hecho de que algunos pueden haber pensado que había una patrimonialización excesiva del éxito del Estatut".

Esquerra interpretó que Maragall atribuía la reciente crisis a celos de Josep LLuís Carod-Rovira por no haber sido invitado a la foto. Dirigentes de ERC, como el consejero Huguet, se quejaron. Sabedor de lo que ocurría, Maragall hizo llamar a Huguet y al portavoz de ERC, Joan Ridao, para hacerles saber que se habían malinterpretado sus palabras, que sólo pretendían reconocer el protagonismo de todos en la aprobación del Estatuto.