ETA saldrá a relucir en el debate sobre el estado de la nación que comienza hoy. Pero no lo protagonizará. José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy han acordado no polemizar sobre el alto el fuego de la banda terrorista, habida cuenta de que el presidente informará en breve al Congreso sobre el diálogo que se propone emprender con ETA. Sin embargo, el jefe del Gobierno aprovechó ayer una entrevista con Catalunya R dio para lamentar que "algunas voces del PP" no le apoyen como lo está haciendo Rajoy.

Zapatero mostró de nuevo su empeño por "cooperar" con el PP para que el alto el fuego permanente se convierta en definitivo. El jefe del Gobierno recordó que hoy se cumplen ya tres años sin víctimas mortales de la banda y llamó a todos los sectores del partido de Rajoy a "compartir esta tarea con el Gobierno". Respecto a la petición del PP para que el diálogo con ETA se limite a constatar la decisión irreversible de dejar la violencia, Zapatero avanzó ayer el contenido del primer contacto con los terroristas: "Solo hablaremos del proceso para que deponga definitivamente las armas, de su disolución y del futuro de sus integrantes". El secretario general del PP, Ángel Acebes, pidió al presidente que "primero" ratifique "que ETA se disuelve definitivamente" y deje para después los detalles de esa disolución.

EL PACTO ANTI-ETA, EN EL AIRE El PSOE negó ayer que el ministro del Interior se proponga convocar una reunión del pacto antiterrorista para este jueves. Zapatero aseguró ayer que su ofrecimiento al PP para reunirlo "sigue en pie", pero dejó entrever que serán los populares quienes decidan finalmente con qué formato desean recibir información sobre la marcha del alto el fuego. Fuentes socialistas barajan que el líder del PP mantenga una nueva reunión a solas con Zapatero antes de la comparecencia de éste en el Parlamento.

"ÚNICA ALTERNATIVA" Descartada la polémica sobre el proceso de paz, Rajoy centrará hoy sus ataques al presidente en las reformas territoriales y en la política de inmigración, que a juicio del PP propicia el aumento de la inseguridad ciudadana. El líder del PP acusará a Zapatero de carecer de "proyecto para España" y se ofrecerá como "única alternativa" para salvaguardar la unidad de España.

Para Rajoy, el efecto llamada provocado por Zapatero y su ministro de Trabajo, Jesús Caldera, con la aplicación del proceso de regularización de inmigrantes es el desencadenante de la implantación en España de mafias y de la aparición de nuevas formas delictivas muy violentas, como los asaltos a chalets y los secuestros exprés. El líder de la oposición exigirá a Zapatero mayor control de las fronteras y medidas que atajen "la desmotivación de las fuerzas de seguridad".

El secretario de organización del PSOE, José Blanco, culpó al PP de lo mismo que Rajoy achaca al Gobierno. Explicó que fue el Ejecutivo de Aznar el que "desinvirtió en seguridad pública para invertir en seguridad privada". Recordó que redujo en 8.000 los efectivos de Policía y Guardia Civil y que, en los ocho años que gobernó, entraron en España "un millón y medio" de inmigrantes. Blanco juzgó "xenófobo" el discurso del PP sobre inmigración y lo equiparó al del ultra Jean Marie Le Pen.

Blanco instó a Rajoy a aprovechar hoy "su última oportunidad" para demostrar "si puede ofrecer alternativas al Gobierno". A juicio del PSOE, el PP empieza a cuestionar a su presidente, que en los sondeos es el líder de la oposición peor valorado.