Mariano Rajoy considera que la ley de extranjería no puede seguir como el PP la dejó en el año 2003 y que ahora hay que endurecerla para frenar la llegada de más inmigrantes sin papeles. Por ese motivo, el líder del PP propuso ayer reformar la norma para prohibir nuevas regularizaciones masivas. Los conservadores consideran que la normalización llevada a cabo por el Gobierno socialista desencadenó un efecto llamada que ha agravado el problema. Para atajarlo, Rajoy presentó ayer una serie de iniciativas entre las que figura reformar la ley de bases del régimen local para cerrar el padrón a los sin papeles y devolver todas las competencias en la materia al Ministerio del Interior. El PP también quiere que la próxima conferencia de presidentes aborde este asunto.

El PSOE negó ayer que prepare cambios en la ley de extranjería a pesar de haber endurecido el lenguaje en las últimas semanas para dejar claro que los inmigrantes que lleguen de manera irregular serán devueltos a sus países. No obstante, el secretario de organización socialista, José Blanco, aceptó la posibilidad de debatir una reforma si todos los grupos parlamentarios coinciden en que ayudaría a atajar la avalancha de sin papeles.

Blanco y el Gobierno salieron ayer al paso de la información publicada en El País según la cual el Ejecutivo considera el mercado laboral saturado tras la última regularización de inmigrantes. La interpretación del diario se sostenía en unas declaraciones del número dos socialista en las que reiteraba el mensaje de que España no puede absorber más inmigrantes irregulares. El secretario general de Empleo, Valeriano Gómez, precisó que el mercado de trabajo español "seguirá necesitando durante mucho tiempo el concurso de la población inmigrante", pero abogó porque su incorporación sea ordenada y legal. Blanco rechazó que vayan a producirse más regularizaciones extraordinarias y recordó al PP que durante el Gobierno de José María Aznar se produjeron tres.

CONTROL DE FRONTERAS Entre las iniciativas "urgentes" propuestas por Rajoy figura la modificación del padrón municipal de forma que se exija la condición legal para empadronarse, tal y como sucede en otros países de la UE, aunque "sin afectar a los derechos fundamentales de las personas" como son la educación y la sanidad. Además, el PP pide que se fortalezcan los controles de las fronteras, la generalización de los equipos mixtos de policía, el despliegue del Servicio Integrado de Vigilancia Exterior en todas las islas Canarias antes del 2008 y más presupuesto para crear nuevos centros de acogida, entre otras medidas.

Para una mayor eficacia, el PP planteará en el Parlamento Europeo la necesidad de intensificar la cooperación mediante convenios conjuntos y homogeneizar las estructuras administrativas para que las normas y los objetivos sean los mismos en toda la Unión Europea.

LA PACIFICACIÓN DE EUSKADI En otro momento de la junta directiva del PP, Rajoy se mostró preocupado por que Batasuna haya vuelto a "tomar la calle" y se esté produciendo un rebrote "exagerado" de la kale borroka en pleno alto el fuego de ETA. Según el líder del PP, el Gobierno se está equivocando en la gestión del proceso, tiene una "agenda oculta", y ha optado por dar "demasiado y demasiado pronto".

Rajoy llamó la atención sobre el hecho de que la ilegalizada Batasuna tenga tanta presencia pública y que, nuevamente, se estén incendiando autobuses o sedes de partido en el País Vasco. El líder de la oposición alertó además del comportamiento de etarras como Txapote o Bilbao, que en el último juicio al que asistió amenazó a un juez, "a un servidor de la ley".