El tira y afloja sigue. Los vuelos de repatriación de inmigrantes clandestinos senegaleses retenidos en Canarias que debían reanudarse la pasada noche fueron suspendidos a última hora porque Senegal denegó el permiso de aterrizaje. Un primer avión de la compañía Air Europa, fletado por el Ministerio del Interior, tenía previsto despegar de Fuerteventura a las 22.05 horas (23.05 horas de la Península), con 50 inmigrantes y 75 policías a bordo, rumbo a Dakar. Hacia la medianoche debía salir un segundo vuelo, de Swiftair, con otros 50 senegaleses y la misma proporción de un policía y medio por deportado.

El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, había confirmado por la mañana a RNE la reanudación de las deportaciones, aunque sin dar detalles. En los pasillos del Congreso, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, apuntó que, a la vista de la complejidad de las negociaciones con Senegal, era necesario "ser prudentes" y no anunciar las repatriaciones "hasta que se hayan consumado". En Dakar, silencio absoluto. Probablemente el anuncio de Caldera fue lo que llevó a los dirigentes africanos a vetar vuelos que ya estaban a punto de partir. En plena precampaña de las elecciones presidenciales de febrero, el Gobierno senegalés ha exigido la máxima discreción en esta operación, dado que las repatriaciones son una medida muy impopular, ante la que los medios de comunicación locales se muestran hostiles.

"TRAICIÓN" Tras el primer vuelo de repatriación, el 31 de mayo, los deportados cortaron el tráfico en los principales accesos a Dakar para protestar por la "traición" de las autoridades senegalesas. El Gobierno senegalés decidió suspender las repatriaciones alegando que no se habían respetado los derechos humanos de los inmigrantes.