Ni los brotes de violencia callejera en Euskadi ni la demostración de fuerza de ETA el pasado fin de semana en un mitin en Oiartzun (Guipúzcoa) rebajan la determinación de José Luis Rodríguez Zapatero de aprovechar esta oportunidad para ver el fin de ETA. El presidente del Gobierno reiteró ayer en Valladolid que "hay condiciones" para que el proceso de paz en el País Vasco siga, y avanzó que pondrá en marcha "toda la acción política" para que el camino iniciado termine en el fin definitivo del terrorismo. Ahora bien, calificó esos brotes violentos de "intolerables" y advirtió de que "no ayudan" a que el diálogo avance.

Zapatero reiteró en la capital de Castilla y León la determinación con la que expresó el miércoles en el Congreso que seguirá adelante con el proceso de paz, iniciado con la declaración de alto el fuego permanente de ETA hace seis meses. Insistió en que mantiene sus planes de intentar que ETA abandone definitivamente la violencia mediante el diálogo y que sus expectativas de lograrlo son las mismas que en junio, cuando anunció oficialmente que abriría conversaciones con los terroristas.

CON PACIENCIA El jefe del Ejecutivo recordó que el proceso requiere "avanzar de la mano de la prudencia, la sensatez y la firmeza", y reconoció que la kale borroka de las últimas semanas es un obstáculo para que el diálogo progrese. Pese a esas dificultades, el presidente consideró que el objetivo de la paz merece "todo el empeño" de su Gobierno, pero volvió a pedir calma y tiempo porque "el fin de un terrorismo de 40 años es una tarea incompatible con la impaciencia"

A pesar de la determinación de Zapatero, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó esta semana a algunos portavoces de grupos parlamentarios que el proceso de paz está "ralentizado". El ministro compartió con Joan Puigcercós (ERC) y Gaspar Llamazares (IU-ICV) la evidencia de que todavía no hay resultados concretos que trasladar a los grupos. El martes había conversado con Eduardo Zaplana (PP) para transmitirle lo mismo: que les comunicará la situación del proceso cuando haya novedades.

Rubalcaba atribuyó la "ralentización" a las dificultades del entorno aberzale para explicar a sus bases un acercamiento a las posiciones del Gobierno sin que se interprete como una cesión. A pesar de las dificultades, el titular de Interior se mostró esperanzado en que el diálogo concluya positivamente.