A pocas horas del cierre de la campaña electoral, Artur Mas, abundó ayer en una idea que CiU ha ido subrayando desde la precampaña: el próximo Gobierno de la Generalitat tendrá que tomar decisiones "difíciles que no gustarán a la gente" --que no concretó--, después de tres años de tripartito en los que, dijo, se ha perdido el tiempo. En esta tesitura, anunció, el Govern tiene que ser "fuerte". Y qué Gobierno sería más fuerte que uno de CiU en solitario, aunque sea en minoría, se preguntó Mas en el foro de opinión Tribuna Barcelona. El presidenciable de CiU llegó a la conclusión de que mucho mejor solo que mal acompañado.

Ante más de 400 personas, Mas afirmó que el próximo Govern debe ser "ágil" y operativo, por lo que consideró que conviene mucho más que CiU lo dirija en solitario "con apoyos puntuales" de otras fuerzas antes de un Ejecutivo compartido por la federación nacionalista con Esquerra o con el propio PSC.

Al igual que abogó por un Gobierno fuerte, Mas apuntó a la necesidad de que el próximo presidente de la Generalitat tenga "autoridad política y moral", lo que, aseguró, difícilmente sucederá si quien ocupa la plaza no es el vencedor de las elecciones. Con esta alusión recordó que se ha comprometido ante notario a no gobernar si CiU no gana en escaños.

COMPROMISO CON LA PATRIA CiU cerró campaña en la provincia de Girona. Mas acudió al monasterio de Santa María de Ripoll a rendir homenaje a la figura de Wifredo el Velloso, considerado por el nacionalismo como el "padre simbólico de la patria", según las propias palabras del candidato. Tras depositar unas flores ante la tumba, Mas leyó un comunicado con el que quiso "dejar constancia solemne" de su "compromiso personal y político" con "la nación catalana, con Cataluña".