La respuesta de Mariano Rajoy a la manifestaciones ciudadanas que pidieron el sábado la paz y el fin del terrorismo fue que España no sufre "ningún problema de paz". Para el líder del PP, todo se reduce a una cuestión de "libertad", y José Luis Rodríguez Zapatero se equivoca al apostar aún por una solución dialogada para erradicar la violencia de ETA porque "la libertad no se negocia, no se dialoga y no se paga por ella un precio político". El mayor error, dijo, es que el presidente está empecinado, cuando, opinó, la receta de la negociación "no es creíble". Y se preguntó "cuántas bombas" necesita Zapatero para darse cuenta y empezar a rectificar.

"¿Qué tiene que pasar para que se convenza de que no se puede negociar?", preguntó el dirigente del PP ante un auditorio repleto de militantes que asistían a la designación formal de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón como candidatos por Madrid a las elecciones autonómicas y municipales respectivamente. Los aplausos le obligaron a hacer una pausa que alargó para aumentar el dramatismo: "¿Otra bomba, dos, tres?"

Según Rajoy, "lo cómodo es apuntarse a un eslogan por la paz" y lo difícil es mantener la actitud que defiende él desde que ETA declarara un alto el fuego que voló por los aires el 30 de diciembre. Para el líder del PP, se trata de una cuestión de principios porque en una negociación con ETA nunca se gana "aunque se vaya con buena intención". Porque, "quien juega con terroristas, juega a perder".

"ETA SIEMPRE PUEDE GANAR" Su tesis es que negociar significa "pagar" algo a cambio, y que la banda siempre lleva "las de ganar" porque si no consigue sus objetivos "puede volver a matar". Por eso, aseguró, "la credibilidad de la política del diálogo es ninguna", igual que la que ha tenido la tregua de ETA o cualquier otra que pueda declarar. "¿O es que alguien está dispuesto a creer a ETA?", preguntó, obviando que el PP sí le da crédito cuando habla de compromisos adquiridos por el Ejecutivo.

Rajoy consideró necesario aclarar que no hay nada que su partido desee más que la derrota de ETA, y que ese es "el primer punto" de su programa electoral. Para ello, aseguró que la única salida es el pacto antiterrorista que propuso Zapatero a José María Aznar en el año 2000.

Fue el momento de mostrar un atisbo de actitud conciliadora que para el PP consiste en que el Gobierno rectifique y acate sus ideas. "En el pacto podemos encontrarnos, yo estaré allí, porque en los momentos difíciles, cuando las cosas se ponen duras, yo siempre estoy ahí".