Vuelta atrás. El Tribunal Supremo estableció ayer que Jarrai, y sus sucesoras Segi y Haika, son organizaciones terroristas porque complementan las actividades de ETA y emplean armas y cócteles molotov en sus actividades de kale borroka. Así, anula la sentencia de la Audiencia Nacional que determinó que Jarrai era una asociación ilícita.

La decisión del Supremo se dio a conocer ayer por sorpresa. El pasado lunes, los cinco magistrados del alto tribunal anunciaron que posponían su decisión otros 15 días. Sin embargo, fuentes judiciales informaron que los jueces alcanzaron, tras largas deliberaciones, un acuerdo en la noche del pasado jueves.

El fallo contó con tres votos a favor y dos en contra. Los jueces discrepantes formularán sendos votos particulares. El magistrado progresista Joaquín Jiménez, según esas fuentes, apoyaba la decisión de la Audiencia Nacional, mientras que su colega, Andrés Martínez Arrieta, del sector moderado, mantiene otra postura más abierta.

LA DOCTRINA Los otros tres jueces han decidido que Jarrai "mantiene los mismos fines" que ETA y que forma parte de su entramado. También que es una banda armada, ya que usa armas y cócteles molotov. Los jueces han aplicado ese concepto porque el Código Penal dice que un arma es cualquier instrumento que aumenta la capacidad del agresor. Para los jueces conservadores, Juan Saavedra (presidente de la sala penal), Miguel Colmenero y Francisco Montarde, un cóctel molotov responde a esa definición.

Por ello, los jueces han decidido condenar a 23 de los 24 acusados, aunque no han concretado los hechos en los que cada uno de ellos ha participado. "No era necesario, ya que les ha bastado afirmar que forman parte de una organización terrorista para condenarles", explican las fuentes consultadas. No obstante, esa falta de concreción ha llevado a los jueces a imponer a los condenados el castigo mínimo para el delito de integración en banda armada, penado con una horquilla que oscila entre los seis y los 12 años de cárcel.

La Audiencia Nacional impuso a estos jóvenes, en el 2005, penas de entre dos años y medio y tres años y medio de prisión. Ahora, 11 deberán cumplir otros tres años más en la cárcel y ocho, otros dos. Todos estaban en libertad por esta causa, aunque dos estaban presos por formar parte del aparato de captación de ETA. A la hora de cerrar esta edición, la policía había detenido a tres de los buscados.

Fuentes del Tribunal Supremo adelantaron que el contenido de la sentencia no se conocerá hasta dentro de unas semanas.

La resolución, según esas fuentes, supera los 200 folios, ya que contesta a los 72 alegatos presentados por el abogado Íñigo Iruin, que reclamó la absolución. La decisión del alto tribunal fue recibida con satisfacción por la Audiencia Nacional, porque avala la labor del juez Garzón.

LLAMADAS A LA LUCHA En Euskadi, las reacciones fueron variadas, pero prevaleció la preocupación por las consecuencias que la sentencia puede acarrear en la calle. Poco después del anuncio del Supremo, desconocidos lanzaron en el barrio bilbaíno de Rekalde papeletas animando "a la juventud de Euskal Herría a seguir en la lucha organizada".

El Gobierno vasco preguntó al Tribunal Supremo cuál ha sido la razón para "modificar" la sentencia de la Audiencia Nacional, y mostró su preocupación por lo que "va a ocurrir con el resto de juicios pendientes". La misma opinión fue defendida por el partido independentista Aralar --contrario a ETA-- y el sindicato aberzale LAB, próximo a Batasuna.El PP y sus asociaciones afines celebraron el fallo.