Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN) reeditaron su pacto para gobernar la comunidad foral durante los próximos cuatro años. El acuerdo, que fue anunciado ayer, prevé la incorporación al Ejecutivo del PSN, aunque la dirección de este partido se apresuró a rechazar el ofrecimiento.

Miguel Sanz, presidente de UPN, la marca electoral del Partido Popular, compareció con el presidente de CDN, Juan Cruz Alli, para escenificar un acuerdo con el que todos contaban. Pese a que los convergentes son una escisión de los regionalistas, en las últimas legislaturas se han convertido en sólidos aliados.

UPN, que logró 22 parlamentarios, dominará completamente el Ejecutivo, mientras que CDN, con solo dos escaños, se apresuró a entregárselos a Sanz. A cambio recibió dos consejerías: Vivienda y Ordenación del Territorio y Educación.

Sanz admitió que es imposible que el PSN acepte ahora reforzar su Ejecutivo, pero no descartó que lo hagan "dentro de un año o dos". No hubo ninguna propuesta para Nafarroa Bai ni para IUN. Pese a la mano tendida a los socialistas, Juan Cruz Alli también les lanzó una advertencia: si "boicotean" la acción del gobierno, habrá nuevas elecciones en Navarra.

A punto de abordar su cuarto mandato, Sanz sugirió que podría ser el último. Comparecerá hoy en el Parlamento para iniciar las sesiones de investidura, que le convertirán el sábado de nuevo en presidente.

RECHAZO SOCIALISTA La réplica del secretario general del PSN, Carlos Chivite, a la propuesta de UPN y CDN fue inmediata. "De ningún modo", enfatizó, entrarán en el Ejecutivo. Chivite recurrió a Na-Bai e IUN para sostener que el nuevo Gobierno de la comunidad foral "tendrá que enfrentarse a una mayoría de 26 parlamentarios". Sobre el recurso a una moción de censura, aseguró que no la descarta, y que la dirección del PSOE "en ningún caso ha vetado" esta posibilidad. Sanz afirmó el pasado lunes, en cambio, que cuenta con el compromiso verbal de José Blanco de que el PSN no esgrimiría esta arma parlamentaria.

Chivite también lanzó un duro mensaje al sector crítico. Advirtió de que las puertas del partido están abiertas a quienes deseen autoexcluirse, y reiteró que no se celebrará un congreso extraordinario, como exigen los militantes que reclaman la sustitución de la actual ejecutiva.

El coordinador de IU, Gaspar Llamazares, avisó de que el "giro al centro" del PSOE traerá consecuencias en Navarra, y anunció un "alejamiento" entre su fuerza y los socialistas. Llamazares calificó de "cínico" a Zapatero por afirmar que confía en el cambio político en Navarra.