Ayer, a primera hora de la mañana, sonó el teléfono de Alberto Ruiz-Gallardón. El mensaje recibido era claro: el presidente del partido, Mariano Rajoy, quería que participase en el acto de precampaña dedicado al deporte, que iba a tener lugar a las doce de la mañana en Pozuelo (Madrid). La llamada era inesperada, pero el alcalde de Madrid no puso inconveniente en alterar su agenda.

Antes de desplazarse a Pozuelo, el regidor tenía que estar presente en la inauguración de un nuevo intercambiador de transportes. Allí, Ruiz-Gallardón coincidió con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Hace unas semanas, ambos estuvieron en un acto oficial similar en el que era tanta la tensión que se saludaron con un apretón de manos. Esta vez, en cambio, hubo besos. Y Ruiz-Gallardón aprovechó para comunicar a la presidenta de la Comunidad que volverían a coincidir en Pozuelo. En ese momento la sorprendida fue Aguirre. Rajoy quería unidad, aunque la dirigente popular lo interpretó como un "tirón de orejas" al alcalde por sus ausencias en los actos de la precampaña electoral.

EL OLVIDO Llegó la hora de presentar las propuestas electorales en materia deportiva. Tras la atleta Marta Domínguez --quien aseguró que los deportistas son "los artistas del esfuerzo y de la superación"--, intervino Gallardón. Habló de Madrid 2016 y dijo que, en octubre del 2009, cuando se decida qué ciudad albergará esos juegos, Rajoy será presidente. Dicho esto, se despidió y, cuando se acercó a su silla, Aguirre le espetó: "¡Que me tenías que presentar!". El alcalde sonrió y regresó al atril. "Con la emoción de la candidatura olímpica se me olvidó algo que de verdad hago con placer, y es presentar a mi compañera Esperanza Aguirre". Resuelto el olvido, ella se dirigió al escenario y, de paso, le dio otros dos besos. Ya iban seis, porque a los del intercambiador había que sumar otros dos de la llegada a este mitin. La presidenta madrileña aseveró: "El deporte enseña a ganar sin arrogancia y a perder reconociendo el éxito del adversario".

Después de ellos, tomó la palabra Rajoy, que afirmó que, si gana los comicios del 9-M, habrá estatuto del deportista y hará depender el Consejo Superior de Deportes de Presidencia del Gobierno. Terminó este acto y hubo, tal y como contó la propia Aguirre, otros dos besos para el alcalde, esta vez de despedida.

OCHO BESOS EN UN DÍA En total, ocho besos en un día. Todo sea por hacer equipo en víspera de elecciones. Rajoy dijo sentirse "muy satisfecho" y añadió que ambos dirigentes están "muy bien en su sitio" apoyándole en la campaña. Por cierto, el exresponsable del FMI, Rodrigo Rato, se dejará ver en la pegada de carteles de Madrid.