La mano dura continúa. Mientras los dirigentes de Batasuna duermen en la cárcel desde hace días y en Francia la policía capta cada movimiento de los etarras y detiene incluso a los en teoría inactivos, una nueva operación contra la kale borroka demuestra la intención del Gobierno de cortar de raíz cualquier tipo de violencia.

La policía detuvo ayer a seis personas acusadas de haber cometido la mayor parte de los actos de terrorismo callejero cometidos en Álava desde el pasado otoño.

Los arrestados habían tomado el testigo de los detenidos en julio, cuando la policía llevo a cabo la primera de las seis operaciones contra estos grupos que apoyan a ETA. Así, Interior les atribuye una decena de sabotajes contra edificios y transportes públicos, así como contra empresas privadas desde octubre.

En un principio, la operación se dirigió contra dos personas más que la policía no encontró en sus casas. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió de que la presión policial continuará. Por otra parte, la policía francesa afirmó ayer, durante el juicio que se desarrolla contra una red de extorsión en París, que ETA ha extorsionado a cientos de empresarios españoles.