María del Mar Blanco, la hermana del edil de Ermua asesinado por ETA hace casi 11 años, forma parte, desde el pasado fin de semana, de la nueva ejecutiva nacional del PP. Fue el propio Mariano Rajoy quien, unas horas antes de presentar su candidatura en el decimosexto congreso del partido, le pidió que se integrara en su equipo. Ella le dio un "sí", pese a haber recibido varias llamadas y gestos de reproche de los sectores más duros del partido, que entendían que su fichaje buscaba compensar la crisis con María San Gil. Blanco se mantiene firme en su decisión, aunque, tras la designación oficial, las llamadas no cesan.

Rajoy debía intuir que esto podría ocurrir. Por ello, hace 10 días recibió a los padres y a la hermana de Blanco en su despacho. Uno de los objetivos del encuentro, apuntan los colaboradores del líder, era intentar aclarar que habría cambio de estrategia, pero no de principios. Según las mismas fuentes, fue el padre quien cortó en seco ese discurso alegando que "sobraban" las explicaciones. Continuó la conversación y nada se habló entonces de nombramientos. Eso llegaría días después.

El viernes, 20 de junio, comenzó en Valencia el cónclave que llevaría a Rajoy de nuevo a la presidencia del PP. Veinticuatro horas después, se divulgaba la noticia de que María del Mar Blanco había sido requerida para la dirección nacional.

A los más allegados a San Gil no les gustó el asunto. Es más, su jefa de gabinete, Olivia Bandrés, telefoneó a Marimar para recriminarle que, según su lectura, se prestase a formar parte de una jugada política orientada a contrarrestar la polémica por la marcha de su jefa. Ese mismo día, el exministro de Interior Jaime Mayor Orejal le negó el saludo al cruzarse con ella en el congreso valenciano, según Cuatro.

Pero aún le quedaba por pasar otro trance. Terminado el congreso, recibió otra polémica llamada de teléfono. Esta vez era Cristina Cuesta, su número dos en la Fundación Miguel Ángel Blanco: quería hacerle saber que buena parte de los patronos de la fundación estaban disconformes con su cargo, al entender que se había dejado utilizar.

Rajoy se mostró ayer inspirado. "¿Aznar rima con colaborar o con molestar?", le fue planteado a raíz de las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en las que afirmaba que se sentía como "un verso libre" en el partido. "Aznar rima con no estar", respondió Rajoy, pero no con "molestar". En una entrevista en la cadena SER, también rimó Gallardón con "ambición y con ilusión", y aclaró: "La ambición sana y la ilusión racional".