Si Carme Chacón dejó claro que no le temblaba la voz cuando tuvo que enfrentarse a los primeros actos castrenses, ayer evidenció que no le faltan dotes de mando y entereza al revelar, en su primer día tras la baja maternal, el cese de la cúpula militar. Delante del jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Félix Sanz Roldán, que le acompañó en su primera comparecencia en el Congreso, anunció, además de una prolija lista de objetivos, que los máximos responsables de los tres ejércitos serán sustituidos "en las próximas semanas", aunque no concretó quiénes les sucederán.

Tras su nombramiento se especuló con la idea de que la actual cúpula militar seguiría hasta que la ministra, recién llegada a Defensa, se pusiera al día en la compleja tarea de dirigir una empresa de 126.000 empleados. Algunos militares, teniendo en cuenta su embarazo y las vacaciones estivales, calculaban que como pronto el relevo se produciría en septiembre. Pero Chacón, demostrando una vez más que no hay diferencia entre ella y sus antecesores varones, que eligieron su equipo al poco de tomar posesión, anunció el próximo relevo de los máximos jefes de las Fuerzas Armadas. Aunque al no revelar quienes serán los elegidos, dejó la puerta abierta a las quinielas.

EL AIRE. Si Chacón sigue la norma no escrita pero sí respetada desde 1990 de rotar entre los tres ejércitos, el próximo Jemad debería pertenecer a la Fuerza Aérea, si bien no llegan a 10 los tenientes generales que podrían aspirar al cargo, entre ellos un asesor de la ministra. Si, por el contrario, no sigue la norma, el abanico se abre mucho más, aunque algunas fuentes consideran que Pedro Pitarch, jefe del Eurocuerpo, goza de enteros. En cualquier caso, es el presidente del Gobierno quien finalmente debe nombrar al Jemad. Chacón agradeció, no obstante, a Sanz, nombrado por José Bono y bien considerado por muchos miembros del Gobierno, su "modélica actuación" y anunció que seguirá contando con su "sabio consejo". Además, explicó que uno de sus propósitos es reforzar la "capacidad" de la figura del Jemad, en aras de aumentar la eficacia de las Fuerzas Armadas y fortalecer la "acción conjunta" de los tres ejércitos. A este respecto, anunció el impulso de la fuerza conjunta de acción rápida y el envío al Parlamento de una nueva directiva de Defensa nacional, documento que marca las prioridades futuras. Su objetivo último, reveló, es que el "cien por cien" de los españoles respalden a sus militares.

Chacón se comprometió, además, a desarrollar una promesa de la pasada legislatura criticada por algunos mandos: la actualización de los derechos y deberes de los militares, que dará paso a las asociaciones. La ministra dedicó también buena parte de su larga exposición a las misiones de paz. Pese a que en el ámbito castrense a veces se critica la forma en que el Gobierno vende la imagen del Ejército, la titular de Defensa dejó claro que para ella no se trata de una oenegé sino de una "organización armada, pero que interviene para proteger a la población civil en escenarios guerra".

EL CASO DE KOSOVO. La titular de Defensa prometió "intensificar" la participación de España en misiones de paz y dejó la puerta abierta al aumento del límite de los 3.000 soldados, a requerimiento de los portavoces de CiU y PP, que también le exigieron un replanteamiento de presencia en Kosovo, cuya independencia España no reconoce. Chacón aseguró que las tropas seguirán como hasta ahora allí, especialmente por "solidaridad con los aliados".