La Audiencia Nacional dejó ayer en libertad a nueve de los 12 acusados de integrar un grupo islamista desarticulado en Cataluña en el 2006 en el curso de la operación Tigris. La fiscalía les acusa de haber ayudado a huir a terroristas yihadistas implicados en el 11-M mediante una base operativa en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona).

Los jueces comunicaron esta medida tras las deliberaciones sobre la sentencia. Fuentes cercanas a los magistrados explicaron que esta decisión no se puede interpretar como una absolución de los excarcelados, sino como una reducción de la pena que reclamó contra ellos la fiscala Dolores Delgado. Estas fuentes sugieren que el tribunal ha podido inclinarse por condenar a los acusados por colaborar con Al Qaeda y no por pertenencia a banda armada, lo que significaría una reducción considerable de su condena.

La mayoría de los acusados han estado en prisión desde la detención. Por eso, si fueran castigados con penas que no superen los seis años de cárcel tendrían que ser liberados hasta que el Supremo confirmara la sentencia. La fiscala ya retiró la acusación contra dos de los acusados en un juicio en febrero. También intentó alcanzar un acuerdo con las defensas, pero fue rechazado. Fuentes judiciales recuerdan que "la seguridad tiene un precio" y defienden la actuación preventiva frente a este tipo de terrorismo.