Madrid, 15 abr (EFE).- La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha acusado hoy al PP de actuar en medio de la crisis económica como un "francotirador en la retaguardia" y de demostrar con ello su "ensimismamiento" partidista y su "impotencia política".

Fernández de la Vega ha lanzado esas acusaciones en un desayuno informativo organizado por Europa Press en el que ha defendido la reciente remodelación ministerial y ha asegurado que Elena Salgado va a ser la vicepresidenta que va a devolver la confianza en la economía.

La vicepresidenta ha dedicado su intervención inicial a hacer una serie de reflexiones sobre el actual momento económico que le han llevado a asegurar que la ideología neoconservadora ya es pasado y a lamentar que el PP no colabore en la salida de la crisis.

"Sigue agazapado en su trinchera particular, cortoplacista y exigua de miras", ha reprochado al PP, un partido que ha considerado que actúa de "francotirador en la retaguardia" mientras los demás combaten la crisis.

Tras lamentar que el PP no se haya atrevido a distanciarse del "modelo fallido" del neoconservadursimo, le ha acusado de representar "una derecha ensimismada, más atenta a dirimir sus disputas internas y el pulso por el liderazgo partidario que a prestar el servicio que la sociedad le demanda".

Además, ha asegurado que sigue anclado "en las aguas estancadas de la descalificación, la desconfianza y la demagogia" y, en vez de colaborar para salir de la crisis, se limita a esperar "atacando a todos y a todo".

"No es un proyecto político, sino una confesión de ensimismamiento partidista y, en el fondo -ha aseverado-, de impotencia política"

La vicepresidenta ha defendido la reciente remodelación ministerial y ha respondido a las críticas del PP asegurando que Elena Salgado (presente en el acto) va a ser la vicepresidenta que va a recuperar la confianza en la economía española.

En esa línea, se ha dirigido a Mariano Rajoy para transmitirle que ya quisiera él tener en sus filas gente tan "capaz, valiosa y brillante".

También ha destacado el papel que va a jugar Manuel Chaves para impulsar la cooperación con las comunidades autónomas.

No ha considerado que esos cambios hayan debilitado su papel en el Ejecutivo, ya que, por el contrario, se siente reforzada por el presidente del Gobierno y "muy querida" por todos sus compañeros de Gabinete.

Fernández de la Vega ha insistido en que el Gobierno va a seguir dialogando con todos los partidos para llegar a acuerdos en el Parlamento, y ha defendido que lleve adelante iniciativas que aportan más derechos y mejoran la convivencia democrática, como la reforma de la ley del aborto y la de libertad religiosa.

No ha avanzado detalles de esta última, pero ha asegurado que dentro de poco podrá abrirse el debate, y respecto a posibles cambios durante la tramitación de la reforma de la ley del aborto, ha señalado que el Parlamento siempre tiene la última palabra.

La vicepresidenta ha negado que haya un enfado de Ramón Jáuregui por haber sido designado número dos del PSOE al Parlamento Europeo, ya que ha asegurado que ha sido una decisión adoptada "de mutuo acuerdo" entre él y el PSOE.

Respecto a la posibilidad de que la Abogacía del Estado se persone en el "caso Gürtel" si se constata que ha habido delitos contra la Hacienda pública, ha asegurado que no debe haber "ninguna duda" de que si se comprobara un perjuicio para el Estado, se actuará en consecuencia.

Igualmente, ha expresado su deseo de acuerdo para la renovación del Tribunal Constitucional, pero sin "fraudes" a la filosofía consensuada para ello.

Al ser preguntada por el dato conocido hoy del IPC del mes de marzo (cayó un 0,1 por ciento) y por el riesgo de deflación, se ha limitado a señalar que es necesario que no se desvirtúe el mensaje más importante que cree que hay que trasladar en un momento como éste, el de que se está haciendo frente tanto nacional como internacionalmente a la crisis económica.

El mismo mensaje de tranquilidad ha expresado ante el optimismo expresado ayer por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sobre la existencia de síntomas que hacen presagiar el fin de la crisis.