La política de persecución contra cualquier tipo de manifestación o acto público en el País Vasco que pueda parecer de apoyo, directo o indirecto, a la causa etarra se está empezando a encontrar con opositores al margen de la izquierda aberzale más afectada. El alcalde de Gernika, José Mari Gorroño (EA), criticó ayer la actuación de la Ertzaintza el domingo pasado en la localidad vizcaína, cuando impidió con contundencia la celebración de una marcha de apoyo a los presos etarras vetada por la Audiencia Nacional.

El primer edil tachó la acción policial de "excesiva" y anunció la celebración de una junta de portavoces para analizar lo ocurrido. Durante los altercados, varios vecinos y nueve agentes resultaron heridos y se produjeron cuatro arrestos, aunque posteriormente todos los detenidos quedaron en libertad.

Este pronunciamiento es el primer distanciamiento público de un alcalde no integrado en la izquierda aberzale ante la política de mano dura que ha puesto en marcha el Departamento de Interior. Desde la llegada del PSE al Gobierno vasco, la Ertzaintza está mostrándose inflexible a la hora de impedir que se realice cualquier movilización relacionada con los presos de ETA, exista prohibición expresa o no.

CUATRO MANIFESTACIONES Durante las pasadas fiestas de San Sebastián, los ertzainas cargaron al menos contra cuatro manifestaciones ilegales, incluso en pleno centro festivo, atestado de público en ese momento. Precisamente ese es el reproche del alcalde de Gernika, quien lamentó que los agentes entrasen en el recinto ferial y crearan "alarma social". Les acusa, además, de poner "en riesgo" a muchas personas, "incluidos niños y ancianos, que estaban tranquilamente".

El dirigente de EA, el partido que más objeciones ha puesto a la estrategia del Gobierno de Patxi López, ha expresado esta vez en alto una queja que muchos ediles del PNV también comparten. Por contra, el alcalde de San Sebastián, el socialista Odón Elorza, mostró todo su respaldo a la actuación de la Ertzaintza, que también se aplicó con dureza para reprimir todo tipo de movilizaciones que intentaron realizar los grupos aberzales la pasada semana.

DÍAS DE TENSIÓN La densa agenda festiva del País Vasco incluye esta semana nuevas convocatorias de la izquierda aberzale que podrían degenerar en incidentes y sobre las que pesa la misma amenaza de disolución por la vía expeditiva utilizada en los casos precedentes. Gorroño aludió en concreto a la Semana Grande bilbaína, e hizo un llamamiento a la Ertzaintza para que "no se repita" en la capital vizcaína lo sucedido en Gernika. Calificó esa actuación de los ertzainas de "error" y "experimento policial", y aconsejó a sus responsables que cambien de estrategia porque el resultado "es muy malo para cualquier población".

Interior defendió el operativo policial de Gernika y aseguró que la policía autónoma se limitó a "aplicar la ley". Los responsables de la Ertzaintza argumentaron, además, que los responsables de lo ocurrido son "quienes no cumplen la ley" y no "acatan" las disposiciones legales, al tiempo que acusaron al alcalde de Gernika de pretender culpar a los agentes policiales de los incidentes.