La izquierda aberzale trata de minimizar los efectos de la estrategia de mano dura del Gobierno vasco. Por un lado, sus simpatizantes reponen a diario las pancartas, carteles y fotos de presos de ETA que retira la Ertzaintza; por otro, se suceden las convocatorias de movilizaciones, prohibidas en su inmensa mayoría por la Audiencia Nacional y el Departamento de Interior vasco y que derivan en incidentes cuando los participantes insisten en manifestarse.

Gernika fue ayer escenario de este pulso, ya que la izquierda aberzale convocó una marcha, que fue comunicada al Departamento de Interior, para protestar por los incidentes que se registraron el domingo cuando la policía autonómica trató de disolver otra manifestación.

CUESTIÓN DE EQUILIBRIO Precisamente, el Ejecutivo que encabeza el lendakari Patxi López y el sindicato de la Ertzaintza Erne criticaron ayer al alcalde, José Mari Gorroño, de Eusko Alkartasuna (EA), por tachar de "excesiva" la actuación policial, queja que comparten muchos peneuvistas. En esta línea, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, exigió a los dirigentes del PNV y de EA que apoyen a la policía autonómica en su labor de deslegitimación del terrorismo. Para el coordinador de Ezker Batua (EB), Mikel Arana, hay que "equilibrar" la persecución de un delito con el derecho a la libertad de expresión.

La pugna entre Interior y la izquierda aberzale continuará hoy, ya que varios miembros de las comparsas festivas y vecinos de Bilbao celebrarán un acto "en defensa de la libertad de expresión". Su objetivo es protestar por la prohibición de la marcha del viernes y por la retirada de carteles y fotos de presos de ETA.

Además, varios encapuchados irrumpieron la noche del lunes en el recinto festivo bilbaíno y quemaron dos cajeros. También en la capital vizcaína, tres menores fueron detenidos por hacer pintadas proetarras. Uno de ellos llevaba un tirachinas con 18 bolas de acero.