En España, los rendimientos del capital (intereses bancarios, dividendos, seguros de vida y plusvalías) tributan desde el 2007 a un tipo único del 18%, por debajo del tipo medio efectivo del 14,63% (el ejercicio anterior tributaban al 15,19%) que pagan las rentas del trabajo, según la Agencia Tributaria. El Gobierno ya elevó este tipo en tres puntos hace dos años. Antes era del 15%.

El español no es el único caso en el que estos ingresos están sujetos a un tipo fijo o flat tax. Sucede también en países como Francia o Alemania, pero con unos gravámenes más elevados, del 28,1% y del 25%, respectivamente.