El expresidente del Gobierno Felipe González atacó ayer, en un acto organizado por la socialista Fundación Alternativas para presentar el libro La UE ante los grandes retos del siglo XXI, apuntando a Zapatero. En su clase magistral, se rebeló contra la reforma laboral, la imposición de la edad de jubilación, el contrato temporal, el cheque-bebé, el ajuste fiscal, el discurso de la izquierda actual...

Por partes. El expresidente habló en calidad de presidente del Grupo de Reflexión del Consejo Europeo --o comité de sabios de la UE--, pero apeló a menudo a su condición de abuelo. "Nos tienen que dejar a los viejos que, si queremos seguir trabajando, sigamos. Si no me da la gana de parar, ¿quién puede decirme que lo tengo que hacer obligatoriamente?". Y no, no paró ahí. "Si yo contrato a una persona para que me haga una obra o un servicio durante tres años y hay esa causalidad, ¿por qué el límite va a ser dos años o 10 meses? No tiene sentido". A su juicio, solo debería haber un tipo de contrato indefinido y contratos "causales", sin límite temporal. Así, se explica que González crea que la reforma laboral se ha enfocado "al revés", analizando primero el nivel de productividad por hora.

El exlíder socialista analizó entonces la inteligibilidad de los mensajes del Gobierno. Debería "explicar mejor las cosas" e, incluso, "decir la verdad", diagnosticó. Pidió que "no se confunda al personal" con la congelación de las pensiones. "Tenemos que decir la verdad, y la verdad es que no es por el ajuste presupuestario por lo que hay que hacer algo para que dentro de 25 años la caja de las pensiones no reviente", señaló para explicar que las pensiones tienen su propia caja, la Seguridad Social.

Hubo elogios al Gobierno, pero envenenados. González aplaudió la supresión del cheque-bebé, es decir, censuró su implantación, plasmada en el último programa electoral del PSOE. "Con 2.500 euros no conozco a ninguna mujer que haya decidido tener un hijo".

Felipe no se cortó ni con su compañero de mesa, Diego López Garrido. El secretario de Estado para la UE defendió que los planes de ajuste fiscal "forman parte ya de la salida de la crisis". Para el expresidente, eso está aún por demostrar.