José Luis Rodríguez Zapatero intentó mostrar ayer en Barcelona hasta qué punto es consciente del daño moral que ha infligido a los catalanes la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatuto y se comprometió a reconstruir los lazos de confianza entre España y Cataluña, tal como le reclama el presidente catalán, José Montilla. "Me voy a dejar la piel (...) Me cueste lo que me cueste, el Estatuto no será un recuerdo negativo", afirmó Zapatero en la conferencia pronunciada en el foro de opinión de El Periódico de Catalunya, de Grupo Zeta. El jefe del Ejecutivo fue el invitado de honor del almuerzo 400 de Tribuna Barcelona.

El presidente del Gobierno colocó su visión de la "España plural" al mismo nivel que su concepción de la democracia y su compromiso con los más desfavorecidos. Zapatero recordó que desde el primer día ("sin el objetivo de ganar votos", señaló) apostó por la reforma del Estatuto pese a las presiones que recibió de otros partidos y de diversos sectores sociales. "No fueron meses fáciles", aseguró.

EFECTOS "INTANGIBLES" Tras la aprobación, llegó el recurso del PP, y cuatro convulsos años después, se conoció el fallo del TC. "No soy responsable de la sentencia, pero sí me siento responsable de sus consecuencias políticas", afirmó, antes de admitir que, entre esos efectos, se incluyen los "intangibles" de los que le habló Montilla en su reunión del miércoles en la Moncloa. "Tomo nota de ello, ¿cómo no iba a hacerlo?", se preguntó. Zapatero considera que "Cataluña debe ser escuchada", porque es un factor decisivo de la España plural.

El jefe del Ejecutivo repitió su promesa de recuperar algunos de los aspectos que el tribunal ha recortado del Estatut no por razones de inconstitucionalidad sino por haber elegido una fuente normativa equivocada. De paso pidió a Montilla y al resto del Gobierno catalán que tengan una actitud "constructiva". Y lanzó también un mensaje a PP y CiU, al reclamar la ayuda de "fuerzas del centroderecha".

El presidente de la Generalitat catalana exhibió agradecimiento por la colaboración del jefe del Ejecutivo en el arduo camino del Estatuto. Pero pidió a las instituciones del Estado lealtad en el desarrollo de la Carta Catalana.

Consciente de que entre el público había una nutrida representación empresarial y de que las reformas que quiere acometer solo triunfarán con su colaboración, apeló al papel vital que tradicionalmente ha desempeñado Cataluña como motor de la economía española. "Para salir de esta crisis, España necesita a Cataluña. Y Cataluña necesita a España", proclamó el presidente. Y añadió, por si algún presente dudaba de su contundencia, que no se trataba de una afirmación ñretóricaO, sino que se enmarca en una convivencia fundamentada en el respeto y el reconocimiento mutuos. "Solo así", aseveró.

EN EL BUEN CAMINO Entre los retos que enumeró destacan el objetivo de duplicar, en el 2015, el número de empresas innovadoras y superar, ese mismo año, el 20% de facturación industrial. El presidente pronosticó que España está en el buen camino porque en el segundo trimestre la economía ha crecido más (sin concretar porcentaje) que entre enero y marzo, cuando el incremento fue del 0,1% del producto interior bruto (PIB).