La mañana del 8 de abril del 2003, José Couso estaba alojado, junto a otros 300 periodistas, en el Hotel Palestina de Bagdad. Pasó la mañana filmando un carro de combate desde la terraza de su habitación 1.403. Un misil lanzado por ese mismo carro alcanzó al cámara, que murió en el hospital después de que los médicos la amputaran una pierna.

La misma metralla mató al periodista ucraniano Taras Protsyuk, que grababa desde la habitación 1.502. Horas antes, otras dos bombas lanzadas desde un avión de EEUU sobre Al Yazira mataron al periodista jordano Tarek Ayub. En este tiempo la versión americana ha variado, desde afirmar que el hotel era objetivo militar a que dispararon siempre en defensa propia.