José Luis Rodríguez Zapatero cumplió ayer con el compromiso de hacer balance cada seis meses de su gestión política y compareció ante la prensa. Sin límite de temas ni de tiempo. El presidente del Gobierno habló de toros, del déficit, de ETA, de las cajas, del Estatut y, sobre todo, de las reformas llevadas a cabo en estos meses. Las defendió con ahínco, incluida la laboral, que permite un despido más barato. "Estamos en la dirección adecuada y solo hace falta cumplir, cumplir y cumplir con las reformas", declaró el jefe del Ejecutivo.

Con una actitud relajada y optimista, Zapatero dedicó gran parte de su intervención inicial y muchos minutos en sus respuestas a defender la reforma laboral. El líder de los socialistas aseguró que las modificaciones en las reglas de juego "evitarán despidos". "Lo defenderé donde haga falta", añadió el presidente.

LECTURA DE LA ENMIENDA El presidente explicó que la reforma laboral da flexibilidad a las empresas para que, ante situaciones adversas, puedan reducir el salario o la jornada de los trabajadores o bien desvincularse de los convenios antes de llegar al despido. "Estas condiciones no estaban en nuestro reglamento con la claridad necesaria", dijo.

Su empeño en explicar una reforma contestada por los sindicatos, que han convocado una huelga general para el 29 de septiembre, llegó hasta el punto de que leyó la enmienda que incluye las causas económicas del despido objetivo, y subrayó que solo permite despedir a aquellas empresas que "no sean viables" y cuyos directivos demuestren que cumplen con los supuestos para echar a los trabajadores.

Zapatero dijo que esta crisis ha demostrado que el sistema laboral español "no sabe reaccionar" para adaptarse a las coyunturas negativas, por lo que estos cambios han sido necesarios.

El jefe del Ejecutivo aprovechó la comparecencia ante los medios de comunicación para anunciar que el Gobierno tiene previsto modificar "en profundidad" las políticas activas de empleo, porque los servicios de colocación "están lejos" de lo que se puede desear como país. Zapatero afirmó que quiere convertir en una prioridad el "apoyo directo" a cada desempleado.

426 EUROS Para reforzar el eslogan que ayer repitió en varias ocasiones --"austeridad, reformas y cohesión social"--, el presidente confirmó que el próximo Consejo de Ministros, el 20 de agosto, aprobará la prórroga de la ayuda de 426 euros para los parados que hayan agotado la cobertura por desempleo.

Zapatero dijo que la reforma laboral se suma a otras "decisivas" como la de las cajas, el plan de ajuste del déficit y la próxima de las pensiones. El tijeretazo aprobado en mayo, el principal recorte en el gasto social de la democracia, está cumpliendo el objetivo de reducir el déficit, subrayó, una misión a la que se sumarán las cuentas del 2011.

Zapatero advirtió de que los presupuestos serán "restrictivos y austeros", ya que supondrán una reducción media de gasto del 15% por cada ministerio. Ante la pregunta de si teme no obtener los apoyos necesarios para sacar adelante las cuentas, el presidente afirmó que "existen las condiciones" para que los grupos parlamentarios mantengan una "actitud responsable".

"FORTALEZA" En este sentido, aprovechó para elogiar la "fortaleza" del grupo del PSOE en el Congreso y la capacidad de su portavoz, José Antonio Alonso, de forjar acuerdos. Zapatero defendió la aplicación de la geometría variable, esa táctica para sumar mayorías con el partido que más convenga según el momento. "Eso es hacer país. Ojalá hubiera más partidos que tuvieran esto en su ADN", afirmó.

Durante la hora que estuvo respondiendo preguntas, Zapatero dejó varias sin contestar. Las dos más interesantes, sobre el futuro de su Gabinete y el suyo propio. El jefe del Ejecutivo dijo que no considera que tenga "pendiente" ningún cambio ministerial y apoyó a la titular de Economía, Elena Salgado. En cuanto a su futuro, un periodista quiso saber de qué depende que decida presentarse como candidato del PSOE en las elecciones generales del 2012. "No se lo voy a decir", respondió.