Varios cientos de personas se manifestaron ayer en París en respuesta a la llamada de los indignados españoles. Un centenar acabó detenido frente a N“tre Dame. Salieron al mediodía para pedir "una democracia real" y solidarizarse con el pueblo griego y portugués, sometidos a draconianas restricciones. El blanco de las pancartas eran las medidas impuestas por el FMI y el pacto entre Sarkozy y Merkel para salvar a Grecia. Los jóvenes intentan trasplantar el movimiento del 15-M a París, pero hasta ahora no acaba de cuajar. La última protesta masiva se registró en otoño contra la prolongación de la edad de la jubilación de los 60 a los 62 años. El Gobierno ganó el pulso. E. ROS