Solo los votos de los 169 diputados del PSOE han respaldado en el Congreso de los Diputados el decreto de reforma de la negociación colectiva que se tramitará ahora como proyecto de ley. CiU, PNV y otros diputados del grupo mixto se han abstenido (20 votos) y PP y ERC-IU-IC han votado en contra (159). El PNV ha decidido finalmente abstenerse y no votar en contra al obtener garantías del Gobierno de que los convenios estatales no tendrán prevalencia sobre los convenios de ámbito autonómico. Al mismo tiempo que en el hemiciclo se han debatido los pros y contra del decreto durante más de dos horas, en los pasillos y en los despachos se han sucedido una serie de negociaciones del Gobierno, especialmente los vicepresidentes Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Salgado, con los portavoces de CiU y PNV para evitar su voto en contra, lo que hubiera supuesto la derrota del Ejecutivo en una de las reformas más importantes solicitadas por los organismos europeos. El Gobierno ha convencido a CiU y PNV de que optaran por la abstención asegurando que los convenios de nivel autonómico mantendrán la importancia que ahora tienen en el Estatuto de los Trabajadores y que es equiparable a los convenios de nivel estatal. Esta ha sido siempre una condición establecida por el PNV durante estas semanas de diálogo político para impedir la derrota del Gobierno. CiU además ha puesto el acento en la necesidad de acortar los tiempos de negociación de un nuevo convenio durante los que estará vigente el anterior. El decreto establece entre 8 y 14 meses de prórroga. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez se ha comprometido, desde la tribuna del Congreso, a negociar este asunto en el trámite de enmiendas aunque advirtió que un convenio no se negocia en menos de cinco meses. También se mostró dispuesto a abierto a negociar mayor flexibilidad interna en las empresas.