En el Reino Unido acaba de fracasar el intento de reformar la ley electoral. Los liberal demócratas perdieron estrepitosamente un referendo convocado el pasado mes de mayo para cambiar el sistema actual de mayoría simple, que favorece el bipartidismo. La formula condena al partido de Nick Clegg a ser la tercera fuerza, por detrás de conservadores y laboristas, que se alternan tradicionalmente en el poder. En las pasadas elecciones del 2010, los liberales lograron menos de un 10% de diputados, a pesar de obtener el 23% de los votos. Clegg impuso la celebración del referendo como condición para entrar en el Gobierno de coalición con los conservadores de David Cameron. Su propuesta era una tímida reforma hacia el voto alternativo, en la que los candidatos se ordenarían de acuerdo con