En solo tres años, Barcelona ha catapultado su fiesta del orgullo gay a lo más alto del Mediterráneo, por participación, avalancha de actividades y ejemplo de tolerancia. Tan rápido ha sido su ascenso que la capital catalana presentará el próximo octubre su candidatura para ser capital (europea) del EuroPride en el 2015, lo que multiplicaría el eco de esta convocatoria a nivel internacional. La cuenta atrás para lograrlo se inicia este fin de semana, con el reto de convocar a más de 150.000 participantes, especialmente en las fiestas de calle de sábado y domingo y el desfile que recorrerá el Eixample. Barcelona se incorporó algo tarde a las celebraciones oficiales del orgullo gay -desfile incluido- hace tres años, un montaje con carácter popular y sin ánimo de lucro, aunque con un impacto económico en la ciudad calculado en unos 15 millones de euros. Madrid y Berlin son referentes europeos de estos grandes encuentros, que combinan lo lúdico con lo reivindicativo, y que en esta ocasión pone acento en la conmemoración de los 30 años desde la irrupción del sida, que inicialmente hizo estragos en la comunidad gay. Tras los 100.000 participantes del año pasado, la organización repite fórmula -con la avenida de Maria Cristina como escenario principal- pero incorpora más actividades e incluso tradición, para llegar a más público. David Martí, presidente de ACEGAL (Asociación Catalana de Empresas para Gais y Lesbianas), uno de los convocantes, indica que la de este año será una celebración más colorida y participativa. De hecho, desde el pasado día 18 se celebran exposiciones, charlas, talleres y fiestas, principalmente en la zona conocida como Gaixample, en el Eixample izquierdo. Pese al precalentamiento, los platos fuertes de la programación llegan el fin de semana. Durante todo el día de hoy, el Tibidabo vivirá una jornada Pride, abierta a todo el público para ir en familia, pero con un espacio exclusivo para el colectivo. La parte más festiva se intensifica a partir de mañana en la avenida de Maria Cristina, junto a la plaza de Espanya, de 10.00 a 2.00 horas. La oferta es de amplio espectro: un village o muestra de entidades (en el Pride Barcelona participan más de 30), un partido de baloncesto organizado por Panteres Grogues, una bicicletada popular, un punto de encuentro para gays amantes de los animales (Cats&Dogs) con clases de adiestramiento y perros en adopción, una carrera de tacones mixta... Al anochecer llegará el momento de coronar a Miss Drag (la organización ya ha cerrado el cupo ante el alud de inscritas) y a las once de la noche comenzará la fiesta de la espuma, que ya arrasó el año pasado y este sábado se prolongará. Por último, el domingo la plaza Universitat será el gran punto de encuentro (16.00 horas) para ir preparando el desfile, con la actuación del grupo casteller Els Salats de Súria. Dos horas más tarde se abrirá la ruta de más de 40 carrozas y grupos participantes, con «mucho más color» que hace un año, apuntilla Martí. La comitiva recorrerá la calle de Sepúlveda hasta llegar a Maria Cristina, donde estallará la fiesta de clausura con la lectura de un manifiesto de Alaska y actuaciones de OBK y Fangoria, entre otras. En cuatro meses se presentará en Bruselas la candidatura local para ser capital gay del 2015, lo que podría multiplicar por cuatro la afluencia, calcula Martí.