Bildu logró ayer hacerse con el Gobierno de la Diputación Foral de Guipúzcoa, ante la falta de un acuerdo del PNV, el PP y el PSE. Los esfuerzos del Ejecutivo central, que presionó a los socialistas vascos hasta el último momento, fueron insuficientes para superar la brecha que actualmente separa a estos de los peneuvistas. La izquierda aberzale, principal motor de la coalición vencedora, celebró con júbilo este éxito, ya que se trata de la mayor institución que ha gestionado nunca. De hecho, en este ejercicio ha administrado un presupuesto de 840 millones.

El candidato de Bildu, el periodista Martín Garitano, logró 23 apoyos, a tres de la mayoría absoluta, gracias al voto favorable de la representante de Aralar. En sus intervenciones, abogó por trabajar "a favor de la normalización política" en Euskadi, para lo cual recomendó a ETA y al Gobierno central que "dialoguen", aunque declinó pedir la desaparición de la banda, como exigía la oposición. Además, avanzó que el eje de su acción será la participación ciudadana. El PNV, el PSE y el PP votaron a sus propios candidatos, evidenciando la total falta de entendimiento.

El Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero intentó hasta el último momento convencer al PSE de la necesidad de votar al candidato del PNV, Markel Olano, para impedir que la Diputación guipuzcoana quedara en manos de Bildu. De hecho, según varios socialistas vascos, el propio presidente del Gobierno habló con Patxi López. También lo hizo el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, con quien el lendakari mantiene una relación mucho más amistosa. Fue en vano. El PSE está muy irritado con el PNV, que rechazó un pacto global tras las elecciones del 22 de mayo y puso en manos de Bildu, en detrimento del PSE, los ayuntamientos de Rentería, Andoain, Lasarte-Oria y, sobre todo, San Sebastián.

CAMBIO DE CICLO Fuentes de la Moncloa aseguraron que la dirección del PNV les había solicitado que apoyaran a su candidato, una circunstancia que se reveló imposible. Los candidatos del PP y del PSE aprovecharon sus discursos para acusar al partido liderado por Iñigo Urkullu, de "hacer imposible" un acuerdo a tres bandas que cerrara las puertas de la Diputación a Bildu.

El futuro de la institución guipuzcoana, dirigida por los nacionalistas vascos desde la instauración de la democracia, queda ahora envuelto en dudas.