Ya ha empezado a imaginar cómo será su vida tras el paso por el poder, y ha tomado algunas decisiones que ha comunicado a sus colaboradores de confianza. José Luis Rodríguez Zapatero mantendrá un perfil bajo en sus primeros años como expresidente, un deseo que le ha hecho descartar seguir como diputado en el Congreso (Felipe González ocupó el escaño hasta el 2004) y optar por formar parte del Consejo de Estado, órgano consultivo del Gobierno. Según las fuentes citadas, Zapatero no se aprovechará de la agenda de oro con la que se ha hecho, a diferencia de González y José María Aznar. Tampoco quiere parecerse a ellos en su presencia en los medios, con intervenciones que alteran la estrategia de sus partidos. No es su estilo, dicen, y confía en marcar uno nuevo.

Zapatero cuenta con un nuevo hogar en León, un retorno a sus orígenes que alegra sobre todo a su esposa, Sonsoles Espinosa, cantante lírica y poco amiga de las cámaras. El sueldo de expresidente (80.000 euros) y el de miembro del Consejo de Estado (otros 74.000) le permitirán llevar una vida holgada y tranquila. Pero hasta que ese día llegue, Zapatero debe hacer frente a algunos trámites. El primero, mañana en el Congreso de los Diputados. El presidente vivirá su último debate sobre el estado de la nación, su sexto y último asalto con Mariano Rajoy, y pronunciará un alegato de sus cuestionadas políticas anticrisis.

Otra vez Grecia

El jefe del Ejecutivo justificará su gestión para defenderse no solo de la oposición, también de algunos de sus diputados y de los indignados del 15-M, muchos de los cuales son parte de los casi cinco millones de parados. Pedirá sacrificio a los españoles y paciencia para ver los frutos que darán las reformas.

El debate del año pasado se produjo semanas después de que la UE acudiera, por vez primera, al rescate de Grecia. El problema en la zona euro sigue vivo y el país heleno ya negocia un segundo paquete de ayudas para no decretar suspensión de pagos. El ejemplo griego y las traumáticas situaciones por las que han pasado Irlanda y Portugal servirán a Zapatero para argumentar que todas las reformas que ha sacado adelante, pese a la negativa del PP y los intermitentes apoyos de CiU, PNV y CC (la consolidación fiscal, la reforma laboral y la de pensiones, y la reestructuración del sistema financiero) han impedido el rescate de España.

Zapatero ha hecho, como le gusta decir, lo que ha considerado necesario para su país, por encima del interés de su partido (como quedó claro el 22-M) y del suyo propio. Pero toda esa labor, en su opinión, no obtendrá resultados si no hay un compromiso de país. Por eso hará un llamamiento a los partidos, a los sindicatos, a la patronal, a los ayuntamientos y, sobre todo, a las comunidades para aunar esfuerzos contra la crisis.

Poder autonómico

El llamamiento no es nuevo, pero Zapatero debe insistir en el apoyo de las autonomías, pues casi todas están fuera de su control. El vuelco electoral del 22-M ha permitido a Rajoy hacerse, en la práctica, con un gobierno en la sombra, desde el que puede sembrar dudas sobre la salud de las cuentas y dar batalla en algunos organismos contra el déficit, como el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).

El mensaje de Zapatero al resto de las fuerzas políticas estará muy medido. La debilidad parlamentaria del PSOE no le permite ensañarse. A la izquierda --ERC e IU-- deberá aproximarse con un mensaje positivo sobre el 15-M. Para ayudar en la tarea, el Gobierno aprobará en las próximas semanas la ley de la transparencia para las administraciones públicas. Respecto a CiU y el PNV, sus dos principales salvavidas, se mostrará conciliador, ya que de ellos dependen los presupuestos del 2012 y, por lo tanto, acabar la legislatura.

Adelanto electoral

El adelanto electoral lo introducirá con toda seguridad en el debate Rajoy, que discutirá durante horas con Zapatero mirando de reojo al que será su contrincante en las urnas, Alfredo Pérez Rubalcaba. El líder del PP afirmará que cuanto más se empeñe el presidente en alargar la legislatura, más graves serán los daños de una economía en ruinas. Según Rajoy, los españoles enviaron un mensaje de castigo el 22-M que Zapatero se resiste a atender.

Los populares opinan que las reformas de Zapatero o han sido de poco calado o han errado el objetivo, al no obtener resultados en el empleo ni en el crecimiento. Rajoy podrá poner como ejemplo a la mayoría de los países europeos que, pese a contar con una agenda reformista y procesos de consolidación de déficit, han mejorado sus índices económicos. El líder del PP hará suya la recomendación de Bruselas de fijar techos de gasto también en las autonomías. Y exigirá una ley de emprendedores.