El trágico calendario político y económico que debe superar el Gobierno griego en los próximos días si no quiere decretar la suspensión de pagos se ha convertido en una de las bazas que con mayor facilidad podrá jugar hoy Mariano Rajoy en el debate sobre el estado de la nación. Las dudas sobre si el Parlamento de Atenas aprobará esta semana el nuevo tijeretazo del primer ministro, Yorgos Papandreu, un requisito indispensable si quiere recibir el quinto paquete de ayudas europeas, sacudieron ayer la prima de riesgo española, que alcanzó su máximo histórico (293 puntos).

A los casi cinco millones de parados y las raquíticas cifras de crecimiento, Rajoy podrá sumar las turbulencias que está causando la incertidumbre griega en la economía española. En su opinión, ese efecto contagio es una prueba más de la desconfianza que los mercados tienen en España, una consecuencia que desaparecería si José Luis Rodríguez Zapatero convocara las generales y, como anticipan los sondeos, el líder del PP desembarcara en la Moncloa.

El responsable de Economía del principal partido de la oposición, Cristóbal Montoro, declaró ayer que Zapatero ha devuelto a España a la década de los 90 en cuanto a tasa de paro y desconfianza de los inversores. Los gobiernos del PP (1996-2004) marcaron, según Montoro, una "época que puede y debe volver".

REFORMAS SIN APOYO En el debate, el presidente del Gobierno defenderá su gestión de la crisis y las decisiones tomadas, pensadas para no seguir la senda ni de Grecia ni de Portugal e Irlanda. Zapatero podrá decir que ha sacado adelante las reformas (la laboral, la de pensiones, la reestructuración de las cajas y el tijeretazo de mayo) sin la ayuda de los conservadores.

Este argumento, no obstante, encontrará respuesta inmediata de Rajoy: el PP solo ha votado en contra del tijeretazo porque incluía recortes a las ayudas a los jubilados (mayo del 2010) y de la reforma de las pensiones (ayer). En el resto de las reformas, el principal partido de la oposición se ha abstenido, porque, según fuentes de la dirección, sabía que el Ejecutivo contaba con respaldos para aprobarlas (casi siempre los votos de CiU o del PNV) y ha apoyado los cinco primeros decretos ley vinculados al sector financiero. En este contexto, el jefe del PP intentará marcar distancias con la oposición de Grecia y de Portugal.

El debate empezará al mediodía en el Congreso con una intervención sin límite de Zapatero, que no hará "anuncios espectaculares", según afirmó ayer José Antonio Alonso, portavoz del PSOE. A las cuatro, será el turno de Rajoy. El cara a cara, el último que disputarán los dos políticos, llegará sobre las cinco de la tarde. Mientras, los indignados del 15-M celebrarán su propio debate de política general en la Puerta del Sol.