El fin de ETA es un éxito democrático, pero la democracia tendrá más problemas porque --me asegura un relevante e inteligente político español-- "menos ETA quiere decir más Bildu". En Euskadi puede haber una abultada mayoría nacionalista partida en dos grupos distintos. El PNV y la nueva coalición Amaiur, formada por la Bildu de las municipales (Batasuna y EA) más Aralar, escisión de Batasuna contraria a la violencia. Y Arnaldo Otegi sería su candidato a lendakari si sale de prisión y recobra sus derechos políticos. Pero para eso faltan casi dos años.

Por el contrario, las elecciones generales del 20-N tendrán unos efectos inmediatos. Sería arriesgado extrapolar el resultado de las recientes elecciones municipales de mayo porque en las legislativas va a votar más el electorado no nacionalista. Pero hay cosas que parecen claras. En el 2008 --con la prima del proceso de paz--, el PSOE fue la primera fuerza con 430.000 votos y 9 diputados.

Pero los socialistas cayeron a 177.000 en las municipales y aunque recuperarán voto (que no fue al Partido Popular porque también bajó, aunque menos), es improbable que sean los primeros. El ganador sería el PNV (326.000 votos en las municipales) o Amaiur (308.000) si sumamos a los de Bildu los 32.000 de Aralar. Y Amaiur puede tener prima por el fin de ETA.

Ahora, los 18 diputados vascos se reparten entre PSOE (9), PNV (6) y PP (3). ¿Qué pasará el 20-N? El primer grupo puede ser el PNV o Amaiur, con una horquilla de 6 o 5 diputados cada uno. Ello daría a Amaiur (¿quién será su portavoz en Madrid?) grupo parlamentario y gran visibilidad. Es probable que el PSOE quede tercero con 4 o 5 diputados y que el PP obtenga entre 2 y 3.

La incógnita es si el PNV de los equilibrados Urkullu y Erkoreka (pero también del radical Egibar) mantendrá su actual línea moderada o si vuelve a la etapa Ibarretxe para contrarrestar a Amaiur.

La política española en relación a Euskadi no será más fácil, y una de las primeras y más peliagudas cuestiones que se deberán abordar es la actitud ante la petición de libertad de Otegi (con una pena absurda de 10 años a cuestas), que se convertirá en el prólogo de las elecciones vascas del año 2013. ¿Puede Otegi llegar a ser lendakari?. ¿A quién presentará el PNV para intentar recuperar la lendakaritza?