Ana Botella se convirtió ayer en la primera mujer que accede a la alcaldía de Madrid, al sustituir a Alberto Ruiz-Gallardón, nuevo ministro de Justicia. Botella se comprometió a gobernar la ciudad con "austeridad" y se proclamó defensora de los "más desfavorecidos". A la toma de posesión acudió su marido, el expresidente José María Aznar, sus hijos, y medio Gobierno del PP. Tampoco faltó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (quien aprovechó para destacar la amistad que le une con la nueva alcaldesa), el presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández y los secretarios de UGT y CCOO en Madrid, José Ricardo Martínez y Javier López.

Botella, al igual que hiciera Gallardón cuando tomó posesión de la alcaldía hace seis meses, renunció a hacer uso del collar y el bastón de mando. Para transmitir una imagen conciliadora aseguró que gestionará pensando "en primer lugar" en los más desfavorecidos, en los mayores, los desempleados, los que viven solos y los excluidos.

En su discurso, en el que mencionó a España al menos en 18 ocasiones, admitió que la grave crisis económica condicionará su mandato y se comprometió a reducir la deuda de la capital en 3.112 millones hasta el 2016. En este sentido confirmó que mantendrá las aspiraciones de Madrid como capital olímpica a coste cero porque "ya se han construido el 80% de las infraestructuras necesarias". Y el 20% restante, añadió, puede esperar a después. Asimismo, Botella anunció la eliminación de trabas burocráticas para abrir un negocio.

TRIBUTO A AZNAR En el capítulo de agradecimientos aprovechó para homenajear a su marido, de quien destacó "su dedicación y entrega sin reservas a España", y admitió que para ella "es una referencia personal y política". Añadió que será "leal" con el Gobierno de Mariano Rajoy.