Con sendos mítines multitudinarios, PSOE y PP pusieron anoche fin a la campaña andaluza más disputada. Los conservadores insisten en que los sondeos internos les dan el Gobierno, mientras que los socialistas no pierden la esperanza de frenar "la marea reaccionaria" y formar coalición con IU. Por eso reunieron por primera vez en esta campaña en un mismo escenario a su candidato, José Antonio Griñán, al expresidente Felipe González, que se llevó la mayoría de los aplausos, y al líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que cargó contra la presunta agenda oculta del aspirante del PP, Javier Arenas.

Primero en Córdoba y después en Sevilla, el tridente socialista centró el mensaje en la ola de recortes que, a su juicio, supondría la llegada del PP a la Junta. "Andalucía no debe entrar en la rueda trituradora del conservadurismo, que nos va a meter 10 años en la crisis", sentenció González. Rubalcaba reconoció que su baza está sobre todo en los indecisos. A ellos apeló, recordando los recortes en otras regiones para que "no se lamenten dentro de unos meses de por qué se quedaron ese día en casa", y subrayando el mutismo de Arenas sobre las cuestiones más polémicas de su partido en los gobiernos central y autonómicos. "De él no sabemos nada, salvo que se ha presentado muchas veces sin éxito", dijo.

TRIUNFALISMO El propio candidato conservador fue el encargado de contestarle, acompañado por Mariano Rajoy, en su mitin en Sevilla. "Les vamos a ganar la partida a los mercaderes del miedo", señaló. Soplan aires de triunfo en el PP andaluz. Ni Arenas ni el presidente del Gobierno parecieron tener ninguna duda de que las urnas les llevarán hasta la Junta. Como durante toda esta campaña, las referencias al escándalo de los ERE fueron continuas, junto a la tesis, en una autonomía tradicionalmente de izquierdas, de que esta batalla no es ideológica, sino de otro tipo. "El domingo no se vota izquierda o derecha, se vota el Gobierno de los ERE o el gobierno del empleo", sostuvo Arenas.

Y Rajoy, que había coincidido con Rubalcaba y González en el AVE, concluyó: "Aquí no se trata de cuestiones ideológicas, sino de romper con una dinámica. Se trata de elegir entre un Gobierno del PSOE, más IU de propina, o de uno del PP. El cambio es dejar atrás un Gobierno de escándalos y poner uno que dé ejemplo. El cambio es abrir las puertas al aire limpio y al empleo".