ETA anunció ayer que ha designado a la "delegación" que se encargará de dialogar con los gobiernos de España y Francia sobre la entrega de las armas y el futuro de sus presos. Sin embargo, la noticia recogida en una nota que remitió a la agencia France Presse, no hizo mella en la decisión del Ejecutivo del PP, que condiciona cualquier paso a la previa disolución de la banda, ni en el recién estrenado gobierno de François Hollande, que expresó su solidaridad con la posición de España.

Aunque ETA no precisó en su texto quiénes son sus representantes para ese "diálogo directo" que reclama, lo cierto es que con su anuncio dio carta de naturaleza a los verificadores internacionales que hace apenas unos días desvelaron la disposición etarra para hablar de lo que en su jerga denominan "consecuencias del conflicto" (armas y presos), advirtiendo de que no hacerlo puede "alargar el sufrimiento" y generar "situaciones de bloqueo perjudiciales".

Además, en un renovado intento de lograr que la comunidad internacional se implique en la solución del problema vasco, la banda apeló a las instituciones europeas que "tienen ante si el reto de apoyar e impulsar" el final de la violencia en Euskadi. Igualmente, aseveró que las fuerzas políticas y sociales vascas deberían dialogar para "entre todos" buscar acuerdos que garanticen "un escenario de paz estable y duradero".

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, rechazó sin matices el anuncio etarra. "El Gobierno ni negocia, ni ha negociado ni va a negociar jamás con una banda terrorista", sentenció durante una intervención parlamentaria en la que replicaba al diputado de Amaiur Iñaki Antigüedad.

Fernández Díaz, que trata de aplacar las suspicacias de las víctimas respecto de su plan de reinserción de presos, volvió a insistir en que la única comunicación que se espera de ETA es el anuncio de su disolución.

También el lendakari Patxi López incidió en la idea al asegurar que lo que tiene que hacer ETA es "disolverse", pero añadió que, en todo caso, lo que cabe exigir a la banda es que deje "su control sobre los presos para que puedan iniciar su camino de reinserción". Además, vinculó el anuncio a un "acto de propaganda" de ETA aprovechando la toma de posesión del nuevo presidente de Francia.

El PNV no se quedó atrás al pedir a la banda que, en consonancia con su decisión del pasado octubre, confirme su "desarme y disolución". Además, subrayó que ETA "no es quién" para prescribir recomendaciones y tareas a los partidos políticos.

Solo la izquierda aberzale valoró "positivamente" la nota de la banda. La dirigente de Batasuna, Maribi Ugarteburu consideró que "ahonda en la vocación" de encarar una solución dialogada al conflicto.