El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reconoció el lunes --esta madrugada en España-- ante el plenario de líderes del G-20 que el tipo de rescate que la Unión Europea ha ofrecido a la banca española "ha resultado ser tremendamente dañino" pues no solo no ha frenado el castigo a la deuda pública española, sino que lo ha acentuado, y ha elevado la prima de riesgo española a máximos históricos. "Es prioritario romper el vínculo entre riesgo bancario y riesgo soberano, que ha resultado ser tremendamente dañino", ha insistido el presidente.

En su intervención durante la sesión que la cumbre del G-20 ha dedicado al crecimiento económico, el presidente español ha opinado que para lograr desvincular el riesgo soberano y el bancario es imprescindible que la Unión Europea avance en la unión bancaria con el desarrollo de un supervisor único, un fondo común de garantía de depósitos y un mecanismo común de reestructuración de las entidades financieras. Para el presidente, es imprescindible establecer un calendario "preciso y concreto" para avanzar en la integración y se mostró convencido de que los líderes europeos están comprometidos a adoptar las medidas precisas en esta dirección.

Giro radical

Las consideraciones de Rajoy sobre los efectos "dañiños" del tipo de ayuda con el que la Unión Europea se ha ofrecido a rescatar a la banca española supone un giro radical respecto a la actitud triunfalista con la que el presidente del Gobierno habló de ello el día siguiente en que se anunció que España iba a solicitar apoyo a sus socios y que estos iban a poner a su disposición una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros. Desde entonces, los mercados financieros no han dejado de castigar la prima de riesgo española despues de haber entendido que la ayuda europea va a elevar hasta en 10 puntos el nivel de la deuda pública española.

El Gobierno español nunca había reconocido en público que su objetivo inicial era lograr que la ayuda europea llegara directamente a cada entidad, sin pasar por el Estado y sin que éste fuera el responsable último de su devolución a fondo de rescate europeo. Pero el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, rompió el fuego ayer por la tarde en Los Cabos al abogar por romper el vínculo entre deuda pública y bancaria. Poco después se conoció que el borrador del comunicado final que emitirá la cumbre del G-20 aboga por "mejorar el funcionamiento de los mercados financieros (en Europa) y romper la vinculación entre el riesgo bancario y el riesgo soberano". Esta misma declaración del G-20 incluye una mención expresa a España: "Damos la bienvenida al plan de España para recapitalizar sus sistema bancario", añade el texto.

Con todos estos antecedentes, el presidente Rajoy se ha atrevido a expresar en público lo que, hasta ahora solo se admitía en privado, y aún más, ha reconocido que el experimento ensayado en España con el sector financiero ha resultado "tremendamente dañino".

Encuentro suspendido

Por otra parte, la reunión prevista entre el presidente de EEUU, Barack Obama, los líderes de España, Italia, Francia, Alemania y Gran Bretaña y los presidentes de la Comisión Europea y de la Unión Europea no se ha celebrado finalmente. Al menos por ahora.

La reunión debía haberse celebrado después de la cena de los líderes del G-20 (madrugada en España), pero se ha desconvocado por razones de horario ya que la cena terminó con retraso. Fuentes del Gobierno español no supieron precisar si la convocatoria se retomará durante esta mañana (la tarde en España).